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viernes, 8 de octubre de 2010

Tanyate vistriyate gñyanamanena iti Tantram


Tanyate vistriyate gñyanamanena iti Tantram

AUM   JÑÀPIKA   SATYA   GU-RÚ

"Aquello por lo cual se logra, prolonga y se perfecciona el conocimiento y sus poderes es Tantra"
Tantra-Shastra

El Tantra es una manifestación especial de la sensibilidad, el arte y la religión de la humanidad. Las personas que quieran comprenderlo deben estar dispuestas a someterse a una activa meditación interior. No es posible dar una definición rápida o fácil.

Existen muchas variantes de práctica y creencia, pero sólo un hilo es capaz de guiarnos a través del laberinto; todas las manifestaciones del Tantra se pueden sujetar a ese hilo, que es la idea de que el Tantra es un culto de la consciencia, concentrado en una visión de sexualidad cósmica. En esa visión convergen estilos de vida, ritual, magia, mito, filosofía y una tupida red de signos y símbolos emotivos. Los textos básicos por cuyo medio se expresa esto se llaman también Tantras. El Tantra incluye igualmente imágenes e ideas que proceden de las capas más antiguas de la religión humana, muchas de ellas del Aiyan Veda y de los Upanishads, y son reinterpretados con frecuencia en términos visuales por medio de diagramas y de personificaciones.


Hoy día conocemos el Tantra por los textos manuscritos llamados Tantras, escritos en sánscrito o en lenguas vernáculas. Solamente unos pocos de los que sobreviven han sido publicados, y menos aún traducidos al castellano. Parecen haber sido compuestos en la antiguedad, en distintos períodos y lugares, más o menos a modo de enciclopedias de filosofía y ritual tántrico, y copiados y aumentados muchas veces.


Aunque el tantrismo como un cuerpo filosófico-esotérico sistematizado va conformándose a partir del siglo IV, sus raíces se pierden en la noche de los tiempos y muchos de sus más significativos principios místicos e iniciáticos son prevédicos y cuentan con una antigüedad de más de 15 milenios.


En completo contraste con el firme y penoso «¡No!» que lanza la tradición brahmánica oficial contra el mundo, contra todas las experiencias que más apreciamos de ordinario, como el amor por nuestros amantes y por nuestros hijos, la comida, el intenso goce emocional que puede producir la naturaleza, la música, el arte, e incluso la adoración de un dios personal, el Tantra formula un resuelto, aunque matizado «¡Sí!», afirmando que, en lugar de suprimir el placer, la visión y el éxtasis, lo que hay que hacer es cultivarlos y utilizarlos.


Debidamente encauzados, pueden darnos una fuente de energía sin precedentes, aportando beneficios a la sociedad, además de intensificar constantemente el éxtasis del individuo. Para que el cuerpo físico pueda colaborar en esto es preciso cultivarlo con gran esmero, dieta satwica y demás indicaciones del Gurú.


El Tantra no es una creencia o una fe, sino un forma de vivir y de actuar. El tántrico tiene que vivir una vida controlada, porque sabe que sólo la repetición, de todo corazón y sin cesar, de actos auténticos, tanto físicos como mentales, puede cambiar su cuerpo y su conciencia. Categorizar correctamente es fundamental para la armonía de la vida. Llevarse bien con uno mismo es la única plataforma desde la cual se puede construir el altar de la Sadhana (la práctica esforzada). La simple lectura y el simple pensamiento no valen nada.

Solo las indicaciones del Gurú, seguidas con toda la voluntad, pueden permitir poco a poco, con el tiempo, resultados positivos.

AUM   JÑÀPIKA   SATYA   GU-RÚ