-A U M-
JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA
DE MAÑANA OIRÁS MI VOZ
DE MAÑANA ME PRESENTARE DELANTE DE TI Y ESPERARÉ
ENDEREZA DELANTE DE MI TU CAMINO
-A U M-
pronunciarlo mentalmente
Aún antes de pronunciarlo mentalmente, se debe comprender su sentido completo para que al repetirlo interiormente sea posible después, con la ayuda del Instructor,
sentir vibrar todo el efecto de su poder.
Después viene el estudio de su pronunciación
lo cual no podrá hacerse verdaderamente sino después de haber escuchado al Gurú.
-A U M-
Que el Supremo Espíritu del JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA proteja la cabeza
-A U M-
Que el Supremo Espíritu del JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA proteja el corazón
-A U M-
Que el JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA protector del Mundo proteja la garganta
-A U M-
Que el Omnipenetrante y Omnividente Señor JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA proteja el rostro
-A U M-
Que el JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA Espíritu del Universo proteja las manos
-A U M-
Que el JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA que es la Consciencia misma proteja los pies
-A U M-
Que el JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA uno con el Brahma Eterno y Supremo proteja el cuerpo
Esta invocación de protección puede hacerse en voz baja y hasta 18 mil veces al día
No lo repita por el mero hecho de cantar mantras,
sino por el yoga del mantra, es decir,
una identificación profunda con el alma del mantra que se repite.
PRIMERO: Realizar YAMA -esta exigencia se repite incesantemente en TODAS las escrituras antiguas y modernas
En vano será, Discípulo mío, que cumplas con las abluciones preparatorias y que revistas la vestidura sagrada de lino.
Si tu corazón no está puro, no será la vestidura quien lo modificará ni quien te oculte al ojo de la Divinidad.
No se deben tener posesiones y hasta el mismo deseo de poseer debe haber desaparecido por completo
No hay desperdicio de fuerzas psíquicas comparable al que provocará en ti la multitud de codicias. Es un hechizo al cual el mismo Schelomoh no pudo resistir.
Es Paracelso quien te lo enseña y la palabra de ese maestro es preciosa.
Por lo demás, una vez adquirido por el adepto el primer elemento básico: YAMA, constituido por las abstinencias, pasa él entonces solamente al NIYAMA el cual automáticamente le da la clave de su regla de vida. La ausencia de la vida sexual no significa, en lo absoluto, pureza moral; sin embargo, el aspecto biológico en este caso es de lo más importante, lo cual sabemos muy bien, pues la abstinencia de "relación" es pedida siempre al principio en la práctica de la yoga.
NOTA: No se considera como "abstinencia de relación" la impotencia, la perdida del deseo por vejez o por enfermedad. La abstinencia debe ser abordada definitivamente y por no menos de tres años, solo después de realizar YAMA y únicamente bajo la tutela de un Gurú calificado.
No camines en las voluptuosidades innombrables. No ciñas tu pierna con la jarretera de piel de lobo. Guárdate de encender el cirio verde que dirige a la mujer hacia las tenebrosas lujurias. Teme los encantamientos y los filtros de amor y lleva en el dedo el topacio que refrena la lubricidad y rechaza los fantasmas de la noche. Desconfía del sapo de la hechicera y no te duermas como Merlín el Encantador en la selva de Brocelianda, en donde Viviana la pérfida te encadenará por los siglos.
Si escoges un (a) compañero (a), el nexo que te ata a él(ella) debe ser indisoluble, puesto que los dos un día contemplareis el Absoluto faz a faz.
-Aquí hay detalles que explicar a l@s Adept@s.
Con él (ella) debes compartir los gozos eternos. Sus pensamientos, como los tuyos, deben converger todos hacia la posesión del Absoluto.
No puedes vivir sino cerca de él (la) que camina contigo, su mano en tu mano, por el Sendero; que contigo va en la búsqueda de la cosa de tres ángulos, y es tu ayudante, en la Gran Obra.
La esposa del alquimista es discreta y sabia, que lleva en el dedo el anillo del soberano lazo, que refleja todos los pensamientos del dueño y vela a su vez sobre el atanor cuando la hora lo exige.
Si no puedes realizar YAMA, dirige tu última mirada sobre este misterio que no te estaba dado, llena tus ojos con su claridad y cierra este libro - cierra este libro - cierra este libro - .
Puedes alejarte del Sendero del Absoluto, al cual tú no llegarás jamás.
Desciende hacia el fango, infeliz, ser inútil, corteza vacía arrástrate y entra en el sendero de la mediocridad, que es el tuyo en adelante y de donde no deberías haber salido nunca.
Pero si tu puedes realizar YAMA, y tu compañer@ adorna verdaderamente tu vida, continúa con él (ella) la progresión contemplativa hacia el Absoluto. Él (ella) debe sacar - ¡él (la) maravillosa! - el mismo fruto que tú de las presentes meditaciones.
Pero tu Hombre, no olvides que la vía de perfectibilidad de ella, a pesar de la homeomería del objeto final, es diferente a la tuya, lo que conocerás estudiando con cuidado su constitución microcósmica.
Paracelso la enseña expresamente: Archoeus alius in vivo, alius in femina.
Es de ti de quien ella debe recibir la iniciación, como tu mismo la recibes de el Gurú, que, a los ojos del discípulo, es la Divinidad. Reten ese punto esencial y guárdate de orientarla por un sendero que no es el suyo. Coloca la manzana de oro en una de sus manos y la antorcha encendida en la otra.
-A U M-
JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA
Si no puedes realizar YAMA, dirige tu última mirada sobre este misterio que no te estaba dado, llena tus ojos con su claridad y cierra este libro - cierra este libro - cierra este libro - .
Puedes alejarte del Sendero del Absoluto, al cual tú no llegarás jamás.
Desciende hacia el fango, infeliz, ser inútil, corteza vacía arrástrate y entra en el sendero de la mediocridad, que es el tuyo en adelante y de donde no deberías haber salido nunca.
Pero si tu puedes realizar YAMA, y tu compañer@ adorna verdaderamente tu vida, continúa con él (ella) la progresión contemplativa hacia el Absoluto.
Él (ella) debe sacar - ¡él (la) maravillosa! - el mismo fruto que tú de las presentes meditaciones.
AMOROSO JÑANI SIDDHI PRECIOSO GURÚ
DE LA JÑANA para la BHAKTI AL CRISTO REY
Pero tu, Hombre, no olvides que la vía de perfectibilidad de ella, a pesar de la homeomería del objeto final, es diferente a la tuya, lo que conocerás estudiando con cuidado su constitución microcósmica.
Paracelso la enseña expresamente: Archoeus alius in vivo, alius in femina.
Es de ti de quien ella debe recibir la iniciación, como tu mismo la recibes de el Gurú, que, a los ojos del discípulo, es la Divinidad.
Reten ese punto esencial y guárdate de orientarla por un sendero que no es el suyo.
-A U M-
JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA
DE MAÑANA OIRÁS MI VOZ
DE MAÑANA ME PRESENTARE DELANTE DE TI Y ESPERARÉ
ENDEREZA DELANTE DE MI TU CAMINO
-A U M-
S H A N T I . . !
KULARNAVA TANTRA
CAPITULO 1-VIDA Y NACIMIENTO HUMANO
El Kularnava es el texto citado más frecuentemente en la literatura Tantra no sólo por ser una destacada autoridad en el Kaula Marga (1), que es la formulación más importante y atrevida de la escuela Shakta de los Agamas, sino también por su amplio alcance que toma todos los fundamentos de la Sadhana Tántrica, su filosofía básica, y sus muchas implicaciones éticas y sociales. Escrito en el más simple de los estilos -al igual que todos los grandes Agamas- con metáforas e imágenes eficaces, incorporando muchos de los pasajes crípticos de los Tantras, este trabajo de diecisiete capítulos consta de algo más de dos mil versos que tratan una gran variedad de temas, pero siempre acentúan el aspecto práctico de la sabiduría agámica y llaman la atención sobre la urgencia de seguirla en esta misma vida. El texto se abre con una pregunta de la Devi, la compasiva Madre del universo, a su Esposo eterno, sobre un posible camino por el que todas las criaturas inmersas en el cielo sin fin de sufrimiento, nacimiento y muerte puedan liberarse.
Hay Uno Real, dice el Señor, es Shiva el Parabrahman, Sin facciones, Omnisciente, Hacedor de todo, Soberano de todo, Sin mancha, Uno sin segundo. Auto-resplandeciente, sin comienzo ni fin, sin atributos, sin cambios, más allá de lo supremo: Él es Satchidananda. Todos los jivas, la miríada de criaturas, son porciones de Él, como chispas del Fuego (2). Apegados a la Antigua Ignorancia y regulados por su propia voluntad y acción e influenciados por su ambiente, continúan pasando de nacimiento a nacimiento. Cada Jiva toma muchos tipos de nacimiento y atraviesa los diferentes grados de vida en la tierra, es decir, la creación inmóvil y la móvil que abarca desde los insectos, pasando por los que nacen del huevo, pájaros, animales, hombres en diferentes estados de evolución y dioses, hasta los seres liberados (3). De ellos, el nacimiento humano es el más importante, porque es en el que uno se despierta y se hace consciente de su estado de esclavitud y la necesidad de liberación, y está en situación de dar los pasos para liberarse de él. Tiene voluntad propia y no está totalmente sujeto a los impulsos e influencias de la Naturaleza como los seres inferiores a él en la escala de la evolución. Tiene una mente que puede ver y organizar (4). Los Tantras aseguran que el nacimiento humano se consigue tras pasar por ochenta y cuatro lakhs (5) de nacimientos inferiores. E incluso seres más elevados que el hombre envidian su nacimiento porque sólo hay vida humana en esta tierra, que es un campo de evolución donde existe la posibilidad de cambio, progreso y liberación (6). El Purana declara que los mismos dioses deben descender a la tierra y tomar un cuerpo si desean ascender en la escala de la Existencia Cósmica. Todos los demás mundos de la creación, los mundos de los dioses, ángeles y otras jerarquías tienen un modelo establecido; tienen un molde fijo y uno sólo puede encajar en ese molde por perfecto que pueda parecer. Uno sólo puede escoger su propia línea de desarrollo y tomar los medios para progresar de acuerdo a ella en esta tierra -e incluso aquí con un cuerpo humano dotado de alma-. Es en el alma articulada del hombre donde reside el impulso de progresar y lo que da la dirección que motiva su superioridad sobre otros órdenes en la creación.
Pero no todos son conscientes de la preciosa oportunidad que nos brinda este nacimiento humano que es la verdadera escalera de la liberación. No se reconoce plenamente el valor del cuerpo humano que es la base del progreso y la realización. La riqueza, mérito y demérito, visitas a lugares sagrados, todo ello puede obtenerse una y otra vez, pero no un nacimiento feliz y un cuerpo sano. Quien esté dotado de un nacimiento humano y miembros fuertes y a pesar de ello no los utilice para elevarse, no es más que un suicida. Este cuerpo hay que cuidarlo, alimentarlo y desarrollarlo con vistas al logro del fin supremo: la Liberación. Este es el motivo imperioso del instinto universal de autoconservación que subsiste a pesar de todo el sufrimiento y calamidades. Uno debe cuidarse con el mayor esfuerzo para poder vivir de acuerdo a la Ley correcta, el Dharma. Dharma lleva a Jñana, Jñana a Dharana y Yoga, lo que inevitablemente conduce a Mukti, Liberación. Por lo tanto, cuida el cuerpo hasta que te des cuenta de la verdad de la existencia. Porque la Verdad hay que realizarla aquí en esta vida.
Si aquí no la encuentras ni pones los medios para tu liberación, ¿dónde más vas a poder hacerlo? En ningún otro sitio.
"Grande es la perdición -dice el Upanishad-, si no se llega aquí al conocimiento" (Kena Upanishad, II-5). Es inútil esperar que tras la muerte las cosas cambien y mejoren en otros mundos más felices que el nuestro. Allí es igual que aquí. "Lo que hay en este mundo, lo hay también en el otro" (Katha Up. II, 1, 10). La condición en que vives aquí te sigue a todas partes; el cambio o mejora no puede venir del exterior. Tienes que conseguirlo por ti mismo en tu interior. El estado de conciencia que alcances en el cuerpo es el mismo estado de conciencia que tendrás en cualquier otro sitio. El mundo que alcanzas cuando te separas del cuerpo depende del nivel de conciencia que alcances dentro del cuerpo. "Si en este mundo de los hombres y antes de que el cuerpo caiga, pudieras aprenderlo, entonces habrías ganado la encarnación en los mundos que Él ha creado" (Katha Up, 1 11, 3, 4). Por lo tanto, mientras dure el cuerpo, esfuérzate hacia la meta de la liberación.
Recuerda que el cuerpo no dura eternamente. La edad acecha como un leopardo, las enfermedades nos atacan como un enemigo. Antes de que tus miembros pierdan su vitalidad y de que las adversidades caigan sobre ti, toma el Camino auspicioso. Es realmente asombroso cómo el hombre puede ser tan complaciente y descuidado cuando en todas partes se oye el estrépito de la catástrofe. El tiempo vuela sin que lo notes. La prosperidad es cual un sueño; la juventud como una flor; la vida, momentánea como un rayo (7) -Incluso cien años son muy poco; porque la mitad de la vida se pasa durmiendo y la otra mitad se hace infructuosa por la infancia, enfermedad, desgracia, vejez y cualquier otra cosa. No dejes de trabajar cuando hayas de obtener algo, no duermas cuando debas estar despierto. Engañado por la ignorancia, el hombre no ve lo que mira, no comprende lo que oye y no sigue lo que lee. No logra ver que a cada momento que pasa su cuerpo se estropea.
El Lobo del Tiempo se echa sobre él cuando todavía balbucea: "mis hijos", "mi mujer", "mi dinero", "mis amistades". (8)
La Muerte le engulle cuando todavía está pensando en lo que ha hecho, lo que queda por hacer y lo que está medio hecho.
Por ello haz hoy lo que deba estar listo mañana, haz por la mañana lo de por la tarde; la Muerte no espera para ver lo que está hecho o sin hacer.
Hombre sabio, ¿no ves cómo en el camino de la edad te acecha el enemigo de la Muerte con el ejército de la enfermedad?
Cortado por la lanza del deseo, bañado en el aceite del disfrute de los sentidos, cocinado en el fuego de los agrados y desagrados, el hombre es el banquete de la Muerte. Irremediablemente pasa del nacimiento a la muerte y de la muerte al nacimiento. Va de aquí para allá como de casa en casa. Lo que siembra aquí se recoge en todas partes. Las frutas de un árbol que se riega en las raíces se ven en las ramas superiores. Liberarse del deseo y de todo apego, es el único camino para la liberación todos los males surgen del apego (9). Si incluso al hombre de conocimiento le mueve el apego, ¡cuánto más a las personas normales! (10). En consecuencia, abandona el apego, déjalo por completo, no sólo con la mente, sino con la totalidad de tu ser, incluido tu cuerpo de deseos. Si no puedes hacerlo por debilidad, busca la compañía de la Bondad. La compañía santa es como medicina. El que no tiene la compañía de los santos, ni discriminación, ni visión pura está ciego en realidad, así que, ¿cómo puede tomar un camino que no sea erróneo? Estando constantemente inmerso en el ciclo de la comida, bebida, sexo y sueño, no se es más que un animal. Sólo es un hombre aquel que tiene conocimiento. Sé un hombre, persigue el verdadero objeto de la vida, adquiere Conocimiento de la Verdad Suprema. Ocupado sin cesar en la realización de sus respectivas obligaciones de clase y otras pequeñeces, el hombre no ve la Verdad Suprema. Absorto en rituales y austeridades, no conoce su propio ser. Contento sólo con el hombre, se deleita en el Ritual y persigue la ilusión de repetir mantras, homas y sacrificios elaborados (11). Y confía en realizar al Supremo mediante austeridades que debilitan su cuerpo.
Si el ignorante pudiera obtener la liberación castigando al cuerpo, entonces la serpiente debería morir al golpear el hormiguero. Cuidaos de los pseudo-gurús. Interesados en amasar riquezas, llamativos, disfrazados, van de un lado a otro como hombres de conocimiento y llevan a los demás a la confusión. A pesar de estar apegados a los placeres del mundo, proclaman: "Yo conozco a Brahman". Hay que evitar a estos seres que han abandonado el trabajo y el conocimiento (12).
¿Acaso no son como cenizas los que ven igual el hogar que el bosque y van por ahí desnudos sin vergüenza? ¿Se hacen yoghis por, ello? Si el hombre pudiera liberarse cubriéndose de barro y cenizas, ¿cómo es que no están liberados los campesinos que viven en el polvo y el barro? Los habitantes del bosque como el ciervo y otros animales viven de hierba, hojas y agua; ¿acaso son yoghis por ello? Las ranas y los peces viven siempre en ríos como el Ganges; ¿adquieren algún mérito especial por ello? Las palomas no comen más que piedra; el pájaro Chataka no toma agua de la tierra; ¿también ellos son yoghis? En realidad, estas privaciones y represiones sólo sirven para engañar al mundo. El único medio para la liberación es el conocimiento de la Verdad, de lo Divino. Esta Verdad no la conocen quienes están inmersos en discusiones y debates sobre las filosofías de los Seis Darshanas (13) o atrapados en las sutilezas de los Sastras. Quienes han leído los Vedas, Agamas y Puranas y aún así no conocen la Verdad Suprema de lo Divino, -el verdadero objeto de la vida son un fraude, graznando como el cuervo. Dando la espalda a la Verdad que hay que conocer, la Divinidad, devoran los libros sin parar, ansiosamente, diciendo "esto hay que saberlo", "esto es conocimiento", y así sucesivamente. Esto llega hasta tal punto que los Upanishads advierten: "Si crees que lo conoces bien es que sabes poco de la forma de Brahman" (Kena Up, 11).
Perdidos en los encantos de la poesía, el embellecimiento, el estilo y otros artificios, no comprenden absolutamente nada. La auténtica Verdad es uno, y lo que ellos entienden es muy diferente (14). Una cosa es el significado de las escrituras, y otra es lo que ellos interpretan (15). Hablan de altos estados de conciencia sin ego, pero el estado en que ellos viven es muy diferente o incluso totalmente opuesto. Cantan los Vedas y discuten entre ellos pero, como la cuchara que no conoce el sabor de la miel que contiene, no conocen la Verdad. Las flores pueden estar en la cabeza, pero es la nariz y no la cabeza lo que percibe su fragancia. Son muchos los que cantan las escrituras védicas, pero muy pocos los que se hacen uno con su espíritu. Se olvidan de que la Verdad Divina está dentro de ellos mismos y comienzan a buscarla en los libros, como el pastor que busca a la cabra en el pozo cuando ya está en el rebaño (16). El conocimiento verbal no tiene ninguna utilidad para destruir la ilusión del mundo. Sólo un hombre de inteligencia despierta puede beneficiarse de los Sastras (17). Sin esta inteligencia, prajña, sólo se puede decir que la Verdad Divina se encuentra en esta o aquella dirección, que es de esta manera o de esta otra, pero no puede haber comprensión directa, realización, de esa Verdad. ¿Puedes comprender algo simplemente hablando? Puedes estar mil años oyendo el conocimiento de los Sastras, pero nunca alcanzarás su meta. La extensión de los Sastras es infinita, la duración de la vida es limitada y los obstáculos son muchos; lo sabio es ir directamente a la esencia de las escrituras, como el cisne que bebe la leche del agua. Estudia, aprende su verdad esencial y déjalos de lado como la cáscara después de recoger el grano.
Una vez que se conoce esta esencia, esta Verdad, cualquier otro conocimiento es inútil. Mukti, la Liberación, no se obtiene por cantar los Vedas, ni por estudiar los Sastras. Sólo JÑANA, el verdadero conocimiento, puede dar la liberación.
Ni los ashramas (fases reguladas de la vida) ni la filosofía, ni la ciencia pueden dar la salvación; sólo el SABER puede darla. Y este conocimiento se recibe por la Palabra del Gurú.
Todos los demás caminos decepcionan y oprimen; sólo el conocimiento de la Verdad trasmitido por el Gurú nos da la vida.
Es una estrella iluminando un mar ignorante, Una lámpara sobre nosotros horadando la noche.
A medida que el conocimiento crece, la Luz resplandece desde el interior: Es un guerrero que brilla en la mente, Un águila de sueños en el corazón adivinatorio, Una armadura en la batalla, un arco de Dios.
Entonces llegan amaneceres más prolongados...
El conocimiento del hombre se convierte en el Rayo supremo de Dios
(Sri Aurobindo: Savitri X-3)
El Conocimiento supremo del Uno declarado por el Señor, libre de ritual y austeridades, hay que recibirlo de los labios del Gurú. Hay que resaltar que la Palabra del Gurú es la Voz del Maestro del Mundo que habla al discípulo a través de él. Y cuando se sabe esto uno se libra felizmente de las ataduras del mundo. Este es el conocimiento supremo que los Upanishads elogian como diferente del conocimiento inferior (18), que a su vez es de dos clases: el conocimiento obtenido de las escrituras y el que nace del razonamiento mental. El primero es el sabda-brahman, o Veda, y el segundo, la concepción ideal de la realidad suprema o parabrahman. Algunos prefieren el no-dualismo o advaita, y algunos el dualismo, dvaita. Pero ninguno de ellos conoce mi Verdad que está por encima del dualismo y el no-dualismo. "Mío" es el término que trae la esclavitud; "no-mío" es el término que proporciona la liberación. El verdadero trabajo ritual, el verdadero conocimiento, es el que libera. Cualquier otro trabajo sólo acarrea fatiga, cualquier otro conocimiento es sólo un arte.
No hables del Propósito supremo mientras haya deseo, apego y actividad de los sentidos. No hables de ello mientras exista la agitación del esfuerzo, la actividad de los pensamientos, y mientras la mente no esté en calma. No hables del Propósito supremo mientras sigas identificado con el cuerpo, mientras subsista el sentido de ego y no haya Gracia del Gurú.
A las austeridades, observancias, peregrinaciones, japa, homa, adoración, Vedas, Agamas y Sastras, se recurre sólo mientras no se ha alcanzado la Verdad Suprema de lo Divino.
Por ello, recuerda la Verdad Divina, dedícate a buscarla en toda condición y con todas tus fuerzas. Mientras sigas afligido por las tres miserias (Del cuerpo, la vida y la mente, o material, espiritual y ambiental), cobíjate bajo la sombra del árbol de la Liberación, en cuyas ramas florecen la Ley Correcta y el Conocimiento Verdadero, y cuyo fruto es el Mundo de la Dicha, (19) cobíjate bajo la sombra del árbol de la Liberación, en cuyas ramas florecen la Ley Correcta y el Conocimiento Verdadero, y cuyo fruto es el Mundo de la Dicha (20). En una palabra, el Camino de la Liberación reside en el Kula-Dharma, el Camino Real de Shakti (21). Esta es la verdad, éste es el secreto.
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Notas
(1) Literalmente "Camino kaula". De las muchas derivaciones de la palabra kaula, la más afortunada nos parece la que cita Bhaskara Raya (en su celebrado comentario sobre el Lalita): kulam saktiriti proktam, aculam Siva ucyate; kule akuíasya sambandhah kaulamityabhidiyate.
Kula, Shakti; Akula, Shiva; la relación de Akula con Kula, o sea, la relación armoniosa de Shiva y Shakti, es Kaula. Por tanto, Kaula Marga es aquello que acepta y lleva a la equipotencia de Shiva y Shakti, no sólo a Shiva o sólo a Shakti, ni sólo a lo estático o a lo dinámico, sino a ambos.
(2) "Al igual que de un fuego alto surgen miles de chispas diferentes y todas tienen la misma forma del fuego, así, oh hijo querido, del Inmutable surgen múltiples manifestaciones" (Mundaka Upanishad, II-1-1)
(3) Nótese la posición de superioridad que se da a los seres liberados sobré los dioses en la evaluación tántrica. Se asumen cuatro tipos de cuerpo: udbhija, el nacido de la tierra (perecedero) svedaja, nacido del sudor, andaja, del huevo y jarayuja, del vientre.
(4) Al hombre, por debajo de los dioses, por encima de los animales, se le ha dado la razón como guía; A él no le impele la voluntad irracional como a las aves y animales; A él no le mueve la poderosa Necesidad como los movimientos sin sentido de las cosas inconscientes. El progreso furioso del gigante y el titán asciende para usurpar el reino de los dioses o merodea las magnitudes demoníacas del infierno; En la pasión irreflexiva de sus corazones estrellan sus vidas contra la ley eterna y caen y se destrozan por su propia masa violenta; El camino de en medio está hecho para el hombre que piensa. Escoger sus pasos por la luz vigilante de la razón, elegir su camino entre los muchos caminos, le es dado, a cada uno su difícil meta modelada de posibilidades infinitas.
(Sri Aurobindo: Savitri, VI-I)
(5) Un lakh = 100.000
(6) "No hay nacimiento como el humano. Dioses y manes lo desean. Para el jiva el cuerpo humano es el más difícil de conseguir. Por ello se dice que el nacimiento humano se alcanza con extrema dificultad. Se dice en todos los Sastras que de los ochenta y cuatro lakhs de nacimientos del jiva, el humano es el más fructífero. El jiva no puede adquirir conocimiento de la verdad en ningún otro nacimiento. El nacimiento humano es la piedra de apoyo en el camino de la liberación.
Pero es raro y lleno de mérito quien llega a él" (Visvasara Tantra).
(7) Del tesoro, sé que no dura para siempre; porque no se alcanza al uno estable mediante lo inestable" (Katha Up. 1-21 0).
(8) Aquí en esta tierra mutable e ignorante, ¿quién es amante y quién es amigo? Aquí todo pasa, nada permanece igual. Nada es para nadie en este mundo transitorio. Aquel a quien ahora amas fue un extraño, y partirá a una extrañeza aún mayor.
(Sri Aurobindo. Savitri, VI - 1)
"Persiguen el deseo y el placer tontamente y caen en la trampa de la muerte que se abre ampliamente para ellos" (Katha Up. U-1-2)
(9) "En aquel cuya mente descansa en los objetos de los sentidos con absorción, se forma el apego por ellos; del apego surge el deseo; del deseo la cólera. La cólera lleva a la confusión, de la confusión surge la pérdida de la memoria, y por ello se destruye la inteligencia Por la destrucción de la inteligencia perece" (Bh. Gita. U-62, 63).
(10) Si incluso al hombre de conocimiento le mueve el apego, ¡cuánto más a las personas normales!
"Incluso la mente del sabio que trabaja por la perfección es empujada por la insistencia vehemente de los sentidos" (Ibíd. 11-60).
(11) Ven con nosotros, ven con nosotros; le gritan los luminosos fuegos del sacrificio y le ensalzan como a los rayos del sol, hablándole con agradables palabras de dulzura, rindiéndole homenaje, 'éste es tu mundo santo de Brahman y el paraíso de tu rectitud'. Pero los barcos del sacrificio son frágiles. Frágiles son las dieciocho formas de sacrificio, en las que se declaran los trabajos inferiores; están locos quienes las ensalzan como el bien supremo pero aun así regresan a este mundo de vejez y muerte (Mundaka Up. 1-2-6, 7).
(12) "Residen en los muchos lazos de la ignorancia, pensando como niños, 'hemos alcanzado nuestra nieta del Paraíso'; porque cuando los hombres trabajadores están dominados por sus afectos y no llegan al conocimiento, entonces la angustia les sobrecoge, y su paraíso se desvanece" (Ibíd. 1-2-9).
(13) Los seis sistemas clásicos de filosofía hindú.
(14) Nuestra visión mortal escudriña con ojos ignorantes; No alcanza al corazón profundo de las cosas. Nuestro conocimiento avanza apoyado en el bastón del error, Adorador de falsos dogmas y falsos dioses.
(Sri Aurobindo: Savitri, X – 3)
(15) hace de la mente interpretativa una nube e intercepta los oráculos del Sol. (Ibíd.) X-3) "Los que residen en la ignorancia, dentro de ella, sabios para si mismos y que se juzgan muy cultos, son hombres confundidos que van dando tumbos de un lado a otro desvalidos, como un ciego conducido por otro ciego" (Katha Up. 1-2-5).
(16) "Manifiesta, está aquí cerca en el interior, moviéndose en el corazón secreto. Esta es la poderosa base en la que está consignado todo lo que se mueve y respira y ve" (Mundaka Up. II-2-1) (17) "Quien sabe que esto está escondido en el corazón secreto, incluso en este mundo destruye el nudo de la ignorancia" (Ibíd. 111 10).
Pero la luz está allí; se mantiene en las puertas de la naturaleza: sujeta una antorcha para guiar al viajero hacia el interior. Espera ser encendida en nuestras celdas secretas.
(Sri Aurobindo: Savitri, X-3)
(18) "El conocimiento es de dos tipos... superior e inferior. Al inferior pertenecen el Rig Veda, Yajur Veda, Sama Veda y Atharva Veda, canto, rituales, gramática, interpretación etimológica, prosodia y astronomía. El superior es aquel por el que se conoce lo inmutable" (Mundaka Up. 1-1-4, 5).
(19) Del cuerpo, la vida y la mente, o material, espiritual y ambiental.
(20) Sólo cuando te has alzado por encima de la mente y vives en la tranquila inmensidad del uno puede el amor ser eterno en la dicha eterna y el amor divino sustituir la atadura humana. Hay una ley velada, una fuerza austera: Te ordena reforzar tu espíritu inmortal; Te ofrece su benignidad severa de trabajo, pensamiento y una dicha mesurada y seria como pasos para ascender a las lejanas alturas secretas de Dios. Entonces nuestra vida es un tranquilo peregrinar, cada año una milla del camino divino, cada amanecer se abre a una luz mayor.
(Sri Aurobindo: Savitri, VI-1)
(21) El término Kula-Dharma aparecerá a lo largo del texto como “el camino de Shakti”.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
CAPITULO II -LA GLORIA DEL CAMINO DE SHAKTI
Y, ¿qué es el Camino de Shakti?
Transmitida de boca en boca a todo lo largo de la tradición sagrada, la Doctrina Kaula es la más alta y la más preservada de los profanos y los no aptos. Los caminos para la liberación del hombre son siete.
El primero es el camino de karma, el ritual Védico; ésta es una disciplina para el hombre normal.
El segundo, superior al primero, es el camino Vaishnava, en el que la devoción al Señor, -bhakti-, juega un papel mayor que las acciones y se destina a competencias superiores.
El tercero es el Shaiva, que es un camino más de meditación y conocimiento, que de otra cosa -jñana-yoga.
Estos tres órdenes o estados sucesivos de disciplina van dirigidos al buscador común, la criatura limitada por los lazos de la existencia, acción, devoción y conocimiento.
El cuarto es Dakshina, el camino en que se armonizan y sintetizan hábilmente; en que se organizan y conservan los frutos de los tres primeros. Por encima del Dakshina está el Vama, el camino inverso en el que el flujo normal hacia el exterior se dirige hacia dentro, a la fuente de todo. Cada cosa en la creación se considera y usa como un medio para el regreso a la Conciencia única que es la base de todo y lo gobierna todo. Es un proceso de identificación interna de uno mismo con lo Divino no sólo en su equilibrio de auto-existencia, sino también en su movimiento de manifestación. Estos dos caminos o estadios (Dakshina y Vama) son para el hombre que ha evolucionado a una capacidad superior, el hombre heroico que puede enfrentar y combatir las fuerzas inferiores de la Ignorancia en la batalla por lo Divino. Aún más elevado que Vama es el Siddhanta, el estadio o camino en el que las cosas se determinan finalmente de acuerdo a su naturaleza verdadera; y en el que la dirección de la propia meta y el conocimiento así obtenido se prepara para ser asimilado en todas las partes del ser y en toda la propia conciencia. Este camino y el triunfal, el último, son para el buscador de tipo más alto, el de tipo divino, inmejorablemente dotado para hollar el camino supremo en una conciencia que se acerca rápidamente a la misma Conciencia divina. Este camino supremo es el Kaula, el más secreto y preeminente. No hay nada por encima del Kaula, que es la esencia de todas las esencias, el mismo Shiva, la Doctrina Sagrada que nos ha llegado de oído a oído. El mismo Shiva que conoce la esencia de todo la ha extraído del océano de los Vedas y Agamas con la batidora del conocimiento. Todos los demás caminos conducen a este Camino de Shakti. Así como las huellas de todos los animales se pierden en las del elefante, también todas las filosofías se absorben en esta doctrina.
Ninguna doctrina, ningún camino puede compararse a este Sol del Kaula. En otros caminos se necesita mucho trabajo, esfuerzo y estudio agotador; pero no es así en el Kaula. Aquí el resultado es directo y rápido. En los otros, un yoghi no puede disfrutar el mundo creado por lo Divino, no puede ser un bhogui (1); y el que esté en medio del mundo no puede ser un yoghi, un aspirante activo a lo Divino. Pero en el camino del Kaula se encuentran felizmente yoga y bhoga, la unión con lo Divino y la participación en Su manifestación.
Lo que se llama pecado, maldad, se convierte en una fuerza del bien; el mismo mundo, samsara, se vuelve un medio para la liberación; bhoga se convierte en yoga. Incluso los dioses de mundos superiores como Indra, Rudra y Brahma siguen este camino de Armonía de Shiva-Shakti, la Conciencia Pura y el Poder de manifestación, así que, ¿qué diremos del hombre? Por ello, aspira a la Plenitud, abandona todas las otras creencias, todos los demás caminos y toma el Kula.
Pero el Kula no puede tenerlo cualquiera.
Hay ciertas condiciones que deben reunirse antes de que pueda revelarse la verdad del Kula.
Se debe haber madurado en mente y naturaleza como resultado del estudio y disciplina efectuados en vidas anteriores. Sólo en una persona así surge el Conocimiento sin que otros se lo enseñen y expliquen. Porque la propia mente, inclinaciones y propensiones dependen enteramente de lo que ha ocurrido antes, lo que se ha preparado en nacimientos pasados.
De acuerdo a esa preparación, esa evolución, se forma la capacidad del hombre. La instrucción externa no sirve de mucho. El segundo factor es el grado de purificación y sutileza de la conciencia conseguida como resultado del japa, la repetición de mantras sagrados de cualquier creencia. Tercero, ¿hasta qué punto se está libre de los elementos deformadores de la Ignorancia y el Ego, como resultado combinado de la austeridad previa, la caridad, el sacrificio, la repetición de nombres sagrados, las observancias y actos similares encaminados a librarse de propensiones animales y similares? Por ello debe haber también devoción y fe absoluta en la Deidad, en el Gurú, y sobre todo, la Gracia Divina debe descender sobre él.
Así que el Kula se revela al de conciencia purificada, tranquilo, pero activo en cosas del espíritu, intensamente dedicado al Señor y Su Revelación del Kula, con fe, humildad y alegría, dedicado totalmente a la Verdad y obediente a los mandatos del Gurú.
No lo alcanza, ni puede mantenerlo, quien no lo merece.
El Gurú primero debe despertar al discípulo, prepararle y luego revelarle este alto Conocimiento que produce el bien supremo para ambos, y es efectivo para la liberación inmediata en esta misma vida. Sólo por sí mismo, sin acompañamiento de ritual ni observar los ashramas, o diversos estadios de la vida, el Kula-Dharma es capaz de llevarte a la Liberación final. Incluso si no tienes pleno conocimiento de esta doctrina, la fe y dedicación a ella bastan para liberarse. Rompe el Camino de Shakti y él te romperá a ti; guárdalo y te guardará; adóralo y hónralo, y te mostrará la misma consideración. La actitud correcta para el buscador de la Verdad en este elevado Camino es: "que los míos me miren de soslayo y que mi mujer e hijos me abandonen; que los hombres se burlen; que los reyes me castiguen; pero yo permaneceré firme, oh Deidad Suprema, te serviré y serviré siempre con mi mente, palabra, cuerpo y actos; no abandonaré Tu Ley". Un hombre así, cuya fe y devoción son inamovibles incluso en medio de toda adversidad, es realmente adorado de los dioses y llegará a convertirse en Shiva. Aunque le aflijan constantemente la enfermedad, la pobreza y el sufrimiento, quien espera a la Madre Divina con ardor alcanza el estado supremo. La Ley Divina promulgada en el Kula no debes abandonarla sea cual sea tu estado, tanto si te alaban como si te insultan, si eres rico o pobre, si te marchas hoy o al final de la Era.
Vivir es algo de poca importancia. Los árboles viven, los pájaros y animales también viven. Pero sólo tiene sentido la vida de quien se establece en la Ley del Kula. Los días vienen y van para el que está apartado del Camino de Shakti; como los soplidos del muelle del herrero, que él provoca, pero no los vive.
Entonces, ¿quién es el Kaula? El verdadero Kaula es aquel a quien se ha otorgado la Gracia del Gurú, a quien se ha despojado de su maldad mediante la iniciación, que se deleita en la adoración de Shakti. En alguien así de afortunado el Conocimiento del Kula echa raíces y crece con luminosidad.
Todas las horas en aguas sagradas, todas las visitas a lugares de Luz, todos los rituales, conducen a la entrada de este Camino de Shakti. Y quien haya entrado una vez en los portales del camino Kula, no volverá a pasar al vientre del nacimiento. El Conocimiento supremo se da "a quienes están dedicados al Kula -dice el Señor-; a esos grandes les doy el Conocimiento supremo en la hora final".
La gloria del Camino de Shakti sólo la conocen los devotos de la Madre Divina, igual que el sabor del néctar de la luna no lo conoce más que el pájaro Chakora. Sólo aprecian el camino Kula quienes conocen el corazón de las cosas. Shiva sostiene la luna en su cabeza, pero esa misma luna llega a ser devorada por el malvado Rahu (planeta).
Este mundo está constituido de Shiva y Shakti, Conciencia y Poder. Por estar establecido en un mundo así, el camino Kula es el más alto de todos. Tiene su base en la verdad de ambos, Shiva y Shakti, y por ello es el más verdadero y el más completo. "Los Seis Darshanas -dice el Señor- son mis seis miembros. Quien los diferencie está cortando mi cuerpo. Por la misma razón, los Darshanas (derivados del Veda) constituyen los seis miembros del Kula. Por ello aprende que el Sastra de Kula no es más que el Sastra del Veda". Lo Divino que concede los frutos en las diversas filosofías es uno; y ese mismo Divino es quien proporciona felicidad y liberación en este camino Kula. No necesitas probar el Kula para establecer su excelencia. Los frutos inmediatos que otorga son justificación suficiente para su afirmación de ser el Sastra más elevado.
Está abierto a todos para verificar su afirmación. ¿Quién sabe qué hay más allá o qué va a pasar a cada cual? La que dé fruto inmediato, la realización directa aquí, es la Enseñanza más alta.
Este es el Conocimiento que queda fuera de los límites del hombre normal. Tampoco es para aquellos cuyas acciones en nacimientos pasados han forjado fuertes lazos de pecado: para ellos tampoco es la Gracia del Gurú o el Conocimiento del Kula.
Aunque se dirija a un pecador hacia el camino del Kula, no lo tomará; pero el hombre de mérito acude al Kula aunque se trate de evitarlo.
Este es el medio revelado por la Divinidad para alcanzar tanto el disfrute como la liberación, la participación y la renuncia, de que se habla en los Vedas y Agamas.
Pero es punto menos que imposible comprender el Kula en su verdad prístina si no se tiene el favor de la gracia de la Madre Divina. De otro modo, incluso los dioses se confunden. "Beber vino, comer carne y contemplar una bonita cara, éste es el objeto, éste es el camino que debemos seguir", piensan muchos erróneamente. Engañándose a sí mismos y apartados de la guía del Gurú, confunden también a otros.
Si sólo bebiendo vino se lograra la plenitud, todos los borrachos alcanzarían la perfección.
Si tan sólo el comer carne nos condujera al estado supremo, todos los comedores de carne del mundo obtendrían un gran mérito.
Si la liberación sobreviniera simplemente por cohabitar con mujeres, todas las criaturas se liberarían mediante la compañía femenina.
No es el sendero Kula lo que hay que denunciar, sino aquellos que no lo siguen en su verdadero espíritu. Una cosa es lo que desde arriba se establece como el camino Kula, y otra muy diferente es el camino que siguen los locos que se juzgan sabios.
Puedes caminar sobre el filo de un sable; puedes agarrarte al cuello de un tigre; puedes llevar una serpiente sobre el cuerpo; pero seguir correctamente el camino del Kula es mucho más difícil.
Beber licores es inútil. Es un gran pecado prohibido al hombre. Lo mismo ocurre con el comer carne por comerla. Tanto el que da como el que recibe son culpables de un acto grave. Los resultados correctos llegan sólo cuando las cosas se realizan según el ritual establecido y el participante pasa por la transformación interna prescrita.
Este medio seguro y feliz de liberarse en esta vida es el que declara el Supremo Señor Shiva y se conserva en el Kula Sastra. Esta es la Norma, la Ley que debe seguirse incuestionablemente, sin mezclarla con dudas. El Sruti da testimonio de la autoridad y gobierno de esta Ley. Los Vedas están repletos de corroboraciones de la verdad básica del Kaula. Una consagración máxima de la alegría de la vida, en su miríada de aspectos, al Maestro-Disfrutador, la Divinidad.
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Notas
(1) Bhogui se deriva de bhoga, el disfrute de lo externo. El término bhogui se contrasta aquí con yoghi, es decir, el que disfruta lo mundano y el que disfruta lo espiritual, respectivamente (N. del T.).
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
CAPITULO III
-LA GRAN TRADICIÓN SUPREMA Y SU GRAN MANTRA
El Señor es universal y eterno. Por ello Su Verdad es eterna y universal. De acuerdo a los diferentes tiempos y climas en el transcurso de Su manifestación, ha promulgado la Ley de diversas formas. Estas son las Grandes Tradiciones, medios seguros para la liberación, de los que el Señor habla por Sus Cinco Caras, o modos de expresión adaptados a Sus diferentes estados del Ser.
Mirando al Este se pronunció la Tradición Purva, cuya verdad central es la de la creación. Su camino es el Mantra Yoga y 24 sus principios. Mirando hacia el Sur se declaró la tradición Dakshina, cuya verdad central es el mantenimiento de lo creado, su camino es el de la devoción y 25 sus principios. Mirando al Oeste se declaró la tradición Paschima, cuya verdad central es la destrucción de lo creado y mantenido, su camino es el de la acción y sus principios suman 32. Mirando hacia el Norte se pronunció la tradición Huttara, cuya verdad central es la Gracia, la compasión; su camino es el del conocimiento y 36 sus principios. Mirando hacia arriba se declaró la más elevada y mejor de todas, la Gran Tradición Suprema (Urdhva-amnaya), cuya verdad es el propio Brahman, Brahman en su plenitud total. Es la enseñanza secreta más guardada. Los Vedas, Sastras y Puranas pueden hacerse públicos, pero no ocurre igual con los Agamas Shaiva y Shakta (1). De éstos, los Kula Sastras son los más secretos y entre ellos el más secreto es el de la Gran Tradición Suprema. Es la forma más directa del mismo Shiva que todo lo satisface (2). Cada tradición tiene sus propios mantras y sub-mantras otorgados por deidades que conducen al disfrute y a la liberación, bhukti y mukti. La Deidad que preside cada mantra es quien otorga sus frutos. Y todas estas Deidades a las que se adora y contempla no son más que emanaciones, porciones del Señor y Su Esposa. Solamente el Señor conoce la verdad de todos los mantras, y el hombre sólo puede conocerla por Su gracia.
Cualquiera de estas cuatro Tradiciones basta para conducirnos a la liberación. Y si alguien conociera las cuatro se convertiría en el mismo Shiva. Pero por encima de las cuatro Tradiciones juntas está la tradición Urdhva, llamada así porque es Suprema, entre todos los caminos; porque eleva a quien está debajo porque está por encima del océano inferior de lo manifiesto, y porque sólo puede practicarse en una forma más elevada de ser, en un estado de conciencia superior.
Es un medio sencillo y directo para la liberación que proporciona mayores frutos que todas las demás Tradiciones; es suprema. "Del mismo modo que debéis adorarme por encima de los demás -dice el Señor- así también debéis apreciar la Gran Tradición Suprema por encima de todas las Tradiciones. Como Vishnú entre los dioses, el sol entre las luminarias, Kashi entre los lugares de peregrinaje, el Ganges entre los ríos, Meru entre las montañas, el sándalo entre los árboles, el ashvamedha entre los sacrificios, la gema entre las piedras, el dulce entre los sabores, el oro entre los minerales, la vaca entre los cuadrúpedos, el cisne entre las aves, sannyasa entre los estados de vida, Brahmín entre las clases, el rey entre los hombres, la cabeza entre los miembros, el almizcle entre los aromas y Kanchi entre las ciudades, la Tradición Urdhva es la más excelente de todas las Leyes".
Se llega a ella como resultado del mérito obtenido en varios nacimientos. No se puede conocer por los Vedas, Agamas, Sastras ni Puranas, por exhaustivos que puedan ser. Tampoco por sacrificios, austeridades, ni visitas a centros de peregrinación, ni incluso por medios obtenidos de mantras o hierbas. Sólo puede conocerse por boca del Gurú.
Busca al Gurú que sabe todo, fuente de compasión, dotado de todos los signos auspiciosos y que conoce supremamente la Verdad de la Tradición Suprema, y entonces recibe el Conocimiento de él.
Cuando obtengas conocimiento pleno de esta Tradición por la palabra del Gurú, alcanzarás la liberación en esta misma vida de acuerdo a las reglas de las Escrituras. Estarás bendecido. Dondequiera que vivas reinará la plenitud, la victoria del señor.
El gran Mantra que preside esta Tradición es el llamado mantra sriprasadapara, el Hamsa (3). En este mantra, ha representa a Shiva, la Persona Divina, Él; y Sa simboliza a Shakti, la Naturaleza, Ella. Los dos juntos constituyen la Creación y por ello están presentes en todas las formas de la creación. En cada respiración de su vida, el ser vivo pronuncia el Ha, en el movimiento externo o espiración, y en su movimiento interno o inspiración pronuncia el Sa, repitiendo así automáticamente el mantra que afirma la verdad de su existencia (4). Toda la vida, todo lo que oscila en la creación, vibra con esta poderosa declaración de la Verdad binaria Shiva- Shakti, los eternos Él y Ella en el juego de la Manifestación. Este mantra es la forma viva de Shiva-Shakti. Penetra toda la creación desde Shiva hasta el gusano, la criatura inferior, en forma de fuerza vital dentro de todos los seres vivos, mediante la inspiración y la espiración. Sin este gran Mantra-Ritmo, los mundos no existirían, de la misma forma que sin el viento la nube no estaría en el cielo. Toda la creación, móvil e inmóvil, está tejida por este gran mantra; es inseparable del Mantra como el aire del abanico. Como el germen en la semilla, el aceite en el sésamo, el calor en el fuego, la luz en el sol, la luz de la luna en la luna, el fuego en la madera, el aroma en la flor, la humedad en el agua, el significado en la palabra, Shakti en Shiva, la mantequilla en la leche, el gusto en la fruta, el dulce en el azúcar, el frío en el alcanfor, como la gracia y el control en el mantra, la deidad en el ídolo, el reflejo en el espejo, y el movimiento en el aire, el universo está situado en el gran Prasada-mantra (Hamsa). Toda la creación de Brahman está contenida en el gran mantra, de la misma forma que el árbol existe sutilmente en la semilla de la higuera. De igual modo que los platos aunque estén bien cocinados y jugosos no tienen sabor sin la sal, así también los mantras que no están conectados con este gran mantra no dan fruto, porque están desprovistos de su propia potencia.
Incluso los dioses, confundidos por la gran Maya, andan errantes sin dirección en el laberinto de los diversos Sastras. Pero quien desarrolla una fe y devoción firmes por el Gurú, quien no es más que la propia forma del Señor, y conoce por si mismo este gran mantra, alcanza con seguridad la liberación. En realidad, para ello debe haber practicado los mantras de los diversos caminos de las Cuatro Tradiciones en nacimientos previos y haber madurado para esperar el mandato del Gurú.
Está Ubre del manto del pecado, es de alma pura, querido por el Gurú, y llega al conocimiento del gran mantra del Gurú. Dioses como Brahma, Vishnu, Rudra e Indra; Guardianes de Moradas, como los Vasus, Rudras, Manu, la Luna, etc.; Munis como Markandeya y Vasishtha; maestros de Yoga como Sanaka; seres liberados como Shuka; habitantes de los mundos superiores como los Yakshas, Kinnaras, Gandharvas, Siddhas, Vidyadharas, han llegado al fruto de este mantra y aún hoy lo repiten. A quien repite este mantra le viene la capacidad, reverencia, conocimiento, lustre, felicidad, libertad de enfermedades, reinado, cielo, liberación; sobrepasa a los mismos dioses. Aunque no practique rituales, quien conoce este mantra sigue un feliz sendero al que no todos los seguidores del Dharma pueden aspirar. Por la repetición de este mantra, la criatura se convierte en el Señor. Quien conoce la verdad de este mantra llega a conocer la verdad de Shiva y Shakti. Incluso un hombre inferior, si conoce este Mantra, puede situar la Deidad en imágenes y similares. Cualquier cosa que el conocedor de este Mantra haga, desee o diga se convierte en sacrificio, meditación y japa. "Quien conozca este mantra -dice el Señor- cargado con la tradición y recibido mediante Iniciación, se convierte en Mí mismo". "Todos estos mundos que suman catorce (5), con todo lo móvil e inmóvil, están situados en el cuerpo de este mantra. El lugar donde reside un conocedor así se convierte en un centro sagrado a una distancia de diez Yojanas. Con este mantra no hay distinciones de clase. Quienquiera que lo repita, independientemente de su clase o estado, se libera. Se haga al caminar o de pie, despierto o en sueños, nunca deja de dar fruto. Miles son los mantras, cada uno con su propio fruto; pero este rey de mantras proporciona el Fruto Completo".
"Aprende, dice el Señor, que Sachi e Indra, Rohini y Chandra, Svaha y Agni, Luz y Sol, Lakshmi y Narayan, Vak y Brahma, noche y día, Agni y Sorna, Bindu y Nada, Prakriti y Purusha, el soporte y lo soportado, Bhoga y Moksha, prana y apana, palabra y significado, mandato y prohibición, felicidad y sufrimiento, todas estas manifestaciones que van en pares, la dualidad constante de las partes que presiden y efectúan, no son sino nosotros mismos. Todas las formas masculinas y femeninas no son más que emanaciones de Nosotros Dos. El Gran Mantra que lleva a todas partes personifica esta doble Verdad Nuestra".
La Verdad única, sin forma, más allá del alcance del pensamiento, el Para Brahman, eterno, desprovisto de partes, mancha, o atributos, como Éter, Infinito, Imperecedero, Inaccesible a la mente y al habla, resplandece en la unión del Gran Mantra y su profundo significado.
Así pues, ésta es la joya máxima de todos los mantras, ya que es una forma de la Realidad Suprema, en su calidad de Satchidananda; está compuesto de Shiva y Shakti; proporciona tanto el disfrute como la liberación; con y sin acciones; con y sin Gunas (atributos): éste es el mantra supremo por cuya repetición el hombre obtiene sin duda la plenitud.
Este es el mantra sin par. Este es el conocimiento supremo, el sacrificio supremo, la meditación suprema, la adoración suprema, la iniciación suprema, el japa supremo, la Verdad suprema, la Vrata suprema, el supremo Sacrificio del fuego, el más allá supremo, la gloria suprema, el fruto supremo, el Brahman supremo, la meta suprema, el misterio supremo, la Verdad, por siempre la Verdad. Aprende esto del Gran Mantra y dedícate siempre a él. Siguiendo las órdenes establecidas en los Agamas y comenzando con la forma de adoración prescrita, repite el Mantra Hamsa ciento ocho veces.
Cuanto más repitas este mantra, más extensos serán los frutos, tanto temporales como espirituales. Por ello debes repetir el Mantra Paraprasada con gran esfuerzo, en todo tiempo y circunstancias.
Se llama prasada porque gana con rapidez la Gracia benigna, prasadakaranat. Se le llama para porque está por encima de todos los demás mantras, parattvat sarvamantranam. El rishi (vidente) de este mantra es el propio Shiva Supremo; su métrica, Gayatri, que manifiesta lo Inmanifiesto; y su deidad es Ella, la soberana suprema de todos los mantras.
No hay verdad más alta que el Gurú, ni Divinidad mayor que Shiva, ni Ciencia mayor que el Veda, ni Filosofía igual al Kaula, ni Sabiduría superior al Kula, ni felicidad mayor que el Conocimiento, ni adoración más grande que la Puja de ocho miembros, ni fruto mayor que Mukti (la liberación). Y Mukti se obtiene, por excelencia, rápida y directamente por la Gracia del, Gran Mantra. Esta es la verdad, la única verdad, la verdad indudable.
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Notas
(1) De Shiva y Shakti, respectivamente (N. Del T.)
(2) Algunos de los Tántras hablan de una sexta tradición, inferior y oculta: la adhamnaya. Citado del Devyagama, el Tantrarahasya dice: “La cara del Este (enfrente) es de un brillo de perla, con tres ojos y coronado por la luna creciente. La cara del Sur es de color amarillo con tres ojos. La cara del Oeste (detrás) es del color de una nube recién formada. La cara del Norte tiene color azul y tres ojos. La cara de arriba es blanca. La sexta cara (debajo) tiene el brillo de muchos colores y está oculta. Se llama Ishanamnaya” (Sir Jhon Woodroffe: Shakti y Shakta). De acuerdo al Niruttara Tantra, las tradiciones Purva y Dakshina son para el practicante inferior, Paschina y Uttara mara el inmediatamente superior y Urdhva para el buscador divino.
(3) Hamsa significa literalmente “Yo Soy Eso”. Es decir, que afirma la identidad de jiva con Shiva, de la criatura con el creador (N. del T.).
(4) Por ello se llama ajapa, porque no se requiere ningún esfuerzo especial para repetirlo y hace japa con él. El jiva surge con la letra HA y regresa con la letra SA. Este jiva siempre repite el mantra “HAMSA” “HAMSA”. El jiva siempre pronuncia el mantra veintiún mil setecientas veces en un día y una noche. Esto se llama Ajapa Gayatri y es lo que otorga el Nirvana a los Yoghis (Dhyanabindu Upanishad).
HAM-SA, que se pronuncia “hongh-soe”, como en inglés “hong-sau”. La vibración Cósmica Creadora: A U M está simbolizada en el KALA-HAMSA (cisne místico) con la cabeza representando la A, el cuello y la parte delantera del cuerpo la U, y las alas la M. Corresponde naturalmente a Brahma-Vishnú-Shiva (creador-sustentador-destructor), así como a los tres tiempos de la respiración Puraka-Kumbhaka-Recheka. (A: equilibrio, U: preservación, M: transformación). (Yug Yoga Yoghismo/310
(5) En el antiguo sistema indio, la Creación se constituye en catorce mundos: la tierra, los cielos, el cielo, el mundo de la luz, del placer, de la conciencia y de la verdad existencia, que forman el hemisferio superior. La región inferior está compuesta por Atala, Vitala, Sutala, Talatala, Rasatala, Matala y Patala. Bajo el más inferior se encuentra el señor, sosteniendo toda la serie de mundos manifiestos: se encuentra en forma de Sesha, el enorme Poder de la Serpiente que lleva el universo en su capuchón. Lo divino está tras lo inferior y tras lo superior.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
INTRODUCCIÓN AL CAPITULO IV
La presente porción de esta obra trata un tema que podría confundir a la mente occidental: el sacrificio de cinco elementos.
Estos son el vino, la carne, el pescado, el grano y una mujer. La realización del sacrificio implica tomar vino, carne, pescado, y mantener contacto sexual con la mujer. Por ello se prohíbe al hombre ordinario practicarlo. Como dice Arthur Avalon: "Esta prohibición viene impuesta sin duda por el deseo de que tales personas no se desvíen y entreguen a prácticas que acarrearían su destrucción moral. Porque debe notarse que de acuerdo al Sastra, este sacrificio no es para todos sino para aquellos que el Gurú considere cualificados y estén debidamente iniciados. La sadhana con vino y demás se prohíbe excepto bajo las condiciones prescritas, y llevarlo a cabo es perjudicial.
Sin embargo, bajo estas condiciones, es una aplicación práctica de los principios de la filosofía no dual que enseñan los Agamas de esta escuela".
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
CAPITULO IV -LAS CINCO EMES Y SU SIGNIFICADO COMPLETO
Hay muchos tipos de ingredientes que se utilizan en la adoración de la Madre Divina. En el Kaulachara, comprenden: madya, vino; mamsa, carne; matsya, pescado; mudra, grano; y maithuna, mujer. Se los conoce como las cinco emes porque cada artículo empieza por eme. El Sastra prescribe meticulosamente los diversos tipos de recipientes que deben emplearse en cada ocasión; el metal o sustancia de que se componen, sus dimensiones; las varias clases de grano, la proporción de su mezcla y la forma de cocinarle; la preparación de diferentes tipos de vino de acuerdo a fórmulas diferentes. Aquí el vino se utiliza principalmente como un agente para liberar los sentidos de su absorción en los objetos externos. Las facultades y sensibilidades superficiales que están expuestas constantemente a los choques y ocupaciones de la vida diaria se suspenden temporalmente, y se abren radios de conciencia subliminales más profundos y amplios, haciendo así más fácil al practicante aferrarse a los espacios internos y trabajar para el cultivó y purificación de su ser.
Según dice el Kularnava, es un medio de purificar la mente y la conciencia. Por su fragancia se activa la fuerza de voluntad; por su sabor se despierta el poder del conocimiento; en su absorción, el poder de acción, y en el placer de tomarlo, el estado supremo.
También se especifican los diferentes tipos de carne. Pero se aclara que la carne debe usarse solamente para los propósitos del ritual. No debe dañarse a ninguna criatura para nuestro propio beneficio o placer. Todo depende del propósito; ni incluso una hoja de hierba debe cortarse sin un propósito digno. Lo que se llama pecado se convierte en mérito si se hace con un propósito elevado, de la misma forma en que lo que se considera elevador se convierte en una fuerza limitadora si se hace prescindiendo de la Verdad suprema.
Usado y dirigido correctamente, el mismo medio de caer se convierte en el medio de crecer.
Lo que importa es el espíritu con que se utilicen las cosas, con el que se lleven las ceremonias y se ofrezca adoración. Lo fundamental es la consagración interna y no el ritual externo. Los dioses aman a quienes se dedican al sacrificio interno.
Cuando estos ingredientes se consagran y ofrecen con devoción, surge en el corazón del practicante la forma suprema del Señor y Su Esposa en forma de Existencia, Conciencia y Felicidad. Los pensamientos o el habla no pueden adueñarse de esta Dicha que se experimenta en el interior. En estas condiciones se da de hecho una invasión, una posesión del Shiva Dinámico, Bhairava, seguida de una visión de igualdad hacia todo. El Ser cubierto por la ilusión de Maya se hace perceptible al igual que una casa escondida en la oscuridad se ve a la luz de una lámpara. El resultado inmediato de un ritual del vino correcto no es la intoxicación ni un funcionamiento desordenado de los sentidos, sino una retirada de triviales preocupaciones externas y una relajación en los pliegues de una conciencia más luminosa y amplia que ve y siente con menos restricciones y más universalmente.
El vino no debe tomarse como vino, ni la carne como carne. Tampoco se permite participar en las ceremonias como un simple animal humano lleno de codicia y deseo. El vino es Shakti, el Dinamismo Divino, y quien participa no es otro que Bhairava en persona, el Disfrutador Divino. La dicha que surge cuando estos tres se funden en la conciencia del practicante, es una auténtica liberación. La dicha es la forma íntima de Brahman que se instala en cada cuerpo individual. El vino trae al exterior y pone de manifiesto esta Felicidad interna. Esta es la razón por la que los yoghis toman el vino santificado.
Antes de ser apto para tomar este vino deben reunirse ciertas condiciones. Se debe estar libre de duda y temor, tener espíritu valiente, estar por encima de las dualidades y la curiosidad, se debe haber llegado al entendimiento definitivo y concluyente de la sabiduría de las Escrituras. El sentido de divinidad que deshace los nudos de la vida despierta cuando una persona así participa del vino procesado y santificado por la carga del mantra.
Ser de otra manera o hacerlo de otra manera es simplemente emborracharse. Adora a los Dioses y Manes en total acuerdo con lo prescrito por las Escrituras, recuerda al Gurú y antes de tomar la carne o el vino, dedícaselos. El vino debe recibirse sólo para beneficio de los Dioses que se atribuyen el Gozo y para estabilizar la contemplación de lo Divino al liberar la mente de las ataduras del mundo. Quien comete un pecado es el que bebe por deseo. El vino debe tomarse para que brille el significado del mantra, para que la mente se concentre y para eliminar la esclavitud del nacimiento. Peca quien toma el vino y cosas similares por placer. El vino, dice otro Tantra, sólo debe tomarse mientras la mente permanezca unida a la Deidad. El Mahanirvana establece que el vino sólo debe tomarse en tanto la mente no se tambalee y la vista no resulte afectada. Beber más es beber como lo harían los animales.
Completamente libre de codicia o deseo, haz con amor que la Deidad participe, que beba Ella, y no tú mismo. Dice el Tantra que es condenable tomar estos ingredientes en otro momento que no sea esta ocasión sagrada.
En un pasaje significativo, el texto declara que del mismo modo que en los Sacrificios de los Vedas se anima al Sabio a tomar el Soma, así debe tomarse en estas ocasiones (de adoración) el vino, que otorga la dicha y la liberación. Pero, como todos sabemos, en el contexto Védico, Soma no denota solamente el jugo extraído de la planta del mismo nombre. Eso es sólo externamente.
La savia que se extrae de la planta y ofrece a Dios no es más que un símbolo, una figura externa del disfrute de las experiencias de la vida destilado por el alma de Yajamana y ofrecido a la Divinidad para que lo acepte en la cumbre de su consagración. El vino del Tantra es como el Soma del Veda. Es algo interno, el flujo de gozo que corre por las venas y debe ser articulado, conformado, sentido concretamente en la conciencia y ofrecido en esa experiencia. La sustancia externa es meramente una figura de soporte, una ocasión e impulso para la experiencia interna. Esto se aclarará más adelante.
El vino, dice el Tantra, no debe beberse como lo haría un animal. No se tiene derecho a participar en este ritual a menos que se invoque y adore al Señor Dinámico y la ofrenda se santifique por el ritual de mantras prescrito, que incluye su repetición e invocación de las Deidades que lo presiden; identificarse con ellas y fundirse en sus ritmos (se podría decir que éste es un preliminar demasiado elaborado y exhaustivo por el simple placer de beber). No se tiene derecho a menos que se invoquen y adoren debidamente los pies del Gurú, a menos que se conozca por completo la ciencia de la adoración Divina. Quien se atreve a infringir estas condiciones y busca el disfrute del vino se dirige hacia el infierno. Debe evitarse a un pecador así, a un libertino tal. Para él no hay plenitud ni aquí ni allí. Beber vino que no esté santificado es tan censurable como la violación.
Aquel cuyo cuerpo está vencido por la intoxicación no es consciente de nada; para él no hay meditación, ni austeridad, ni adoración, ni rectitud, ni actividad meritoria, no hay bien, ni Gurú, ni pensamiento de su ser. No puede ser devoto de este camino. Adicto sólo al goce de los sentidos, cae en el abismo. Bebe vino, come carne y acude a las mujeres no por la adoración y dedicación auténticas, sino por su propio disfrute animal. Puede ser muy docto en la Ciencia de la Verdad, pero si en la práctica se entrega a estos objetos, merece que se le condene.
En una declaración culminante de memorable importancia, el Kularnava afirma inequívocamente: Desde el Muladhara en la base asciende una y otra vez al Brahmarundhra en la parte alta (1). La felicidad surge de este encuentro de la Kundalini Shakti con la Luna de la Conciencia Pura. Lo que fluye de este Loto en el Éter supremo es el vino. Este es el auténtico vino que el hombre debe probar; cualquier otra cosa que se beba es, sólo licor.
El animal sacrificado es la noción de lo bueno y lo malo, mérito y demérito. Es el animal de la dualidad que el conocedor del yoga corta de raíz con el sable del conocimiento. Y la conciencia que de este modo se libera, se funde en el supremo. Esta es la verdadera comida de carne.
La hueste de los sentidos debe traerse bajo el control de la mente y subyugarse al ser. Esta es la verdadera forma de comer pescado. Las otras simplemente dañan a las criaturas.
Y la mujer que debe atenderse no es otra que la Shakti interna, que permanece dormida en el animal humano normal y está despierta en el seguidor del camino Kula. Esta es la Shakti a la que se debe servir y asistir. El auténtico maithuna, la quinta "eme", es el flujo impetuoso de Dicha que sigue al encuentro de esta Pareja Divina, la Suprema Shakti con el Ser Supremo, el Señor que espera arriba. Cualquier otra cosa no es más que copulación.
Así pues, éste es el significado yóghico, y podríamos decir último, de las cinco emes. Este es el sentido en que la clase más elevada de adoradores Shaktas entienden los cinco componentes de este ritual y dan los pasos para ponerlos en práctica progresivamente. En el Tantra, como se sabe, los adoradores se dividen en tres amplias categorías: el hombre animal, el hombre heroico y el hombre divino (2). Debe mencionarse que los cinco ingredientes tienen distintas connotaciones para cada una de estas clases de buscadores. Así, divyatattva es el significado divino o simbólico para el hombre de tipo divino (3).
Pratyaksa tattva es para el tipo erótico que constitucional y temperamentalmente está equipado para cabalgar a lomos de la Naturaleza, subyugándola y transformándola en el curso de su sadhana, y que cumple las onerosas condiciones que exige el Sastra. Para el que no pertenece a ninguno de estos dos grupos, sino que está en el tramo más bajo de la escalera, o sea el hombre animal, los elementos son sustitutivos. En lugar de vino utilizan agua de coco; en lugar de la carne, ajo, y así sucesivamente (4). El Mahanirvana Tantra lo establece: "Cuando la era de Kali esté en pleno poder, en el caso del hombre de familia cuya mente esté totalmente absorta en los deseos domésticos, el primer elemento de adoración debe sustituirse por los tres dulces. Los tres dulces son la leche, el azúcar y la miel. Deberán considerarse como la imagen del vino y ofrecerlos a la Deidad como tal. Los nacidos en la era de Kali son por naturaleza débiles de intelecto, y sus mentes se distraen en la lujuria. Por esta razón no reconocen que Shakti es la imagen de la Deidad. Por lo tanto, oh Parvati, que las personas así sustituyan el último elemento de adoración por la meditación en los Pies de Loto de la Madre Divina, y por la recitación interna de su gran mantra (VIII. 171-174).
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Notas
(1) La presente frase hace mención al ascenso de kundalini desde el chakra muladhara, en la base de la espina dorsal hasta el brahmarundra o parte superior de la cabeza. (N. del T.).
(2) Existen además otras graduaciones intermedias entre una clase y otra.
(3) El significado puede variar de un texto a otro, pero siempre es en sentido yóghico. Por ejemplo, en el Kaula Tantra, el vino es la corriente de néctar que fluye del brahmarundra, o el conocimiento elevado de Brahman en el que se pierde el sentido del mundo externo. La carne es el habla que se "come", es decir, se controla (el término mansa, carne, se descompone en amsa, porción de, y ma, lengua). El pescado son los dos peces que se mueven en los ríos Ganges y Yamuna, o sea, los dos movimientos respiratorios, inspiración y exhalación, que discurren por el Ida y Píngala, o canales nerviosos sutiles. Comerlos significa ponerlos bajo control. El mudra es el conocimiento del luminoso Atman, el ser, en el Loto de mil Pétalos (se refiere al chakra sahasrara, situado en la parte alta de la cabeza). Maithuna es la felicidad que el aspirante disfruta al identificarse con el Atman en el sahasrara.
(4) También en este caso los elementos que deben sustituirse difieren de un Tantra a otro, pero en todos ellos se cuida de que sean ingredientes inofensivos. El vino puede sustituirse por agua de coco o leche, La carne, por sal, jengibre, sésamo, trigo o ajo. El pescado, por el rábano. El mudra, por arroz o trigo, y el maithuna puede sustituirse ofreciendo flores en un determinado mudra, o dedicando una mezcla de ciertas flores.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
CAPITULO V -REQUISITOS PARA LA ADORACIÓN
No todo el mundo puede realizar la adoración de la Deidad. Hacer ofrendas a la Deidad, llevarla a aceptar lo que se ofrece, recibirla de modo adecuado y adorarla con agrado, requiere una preparación interna y externa, llevada a cabo en esta vida o en el pasado. Es competente para ello quien está totalmente iniciado y conoce la verdad de la sabiduría representada en las Escrituras. Está lleno de devoción por el Gurú y por la Deidad. Tiene autocontrol y lleva una vida bien regulada. Conoce los misterios de los Agamas que no se declaran abiertamente en los Sastras. Está lleno de fervor por la adoración. La adoración no debe hacerse como una rutina o como parte de la disciplina. Quien realmente haga adoración pensará en ella con entusiasmo y alegría. Y cuando adora, está vivo con la instrucción del Gurú. Porque es el Gurú quien le pone en contacto con la Deidad, y ser consciente de su instrucción es revitalizar el vínculo que él ha creado. Puro de corazón, supremamente alegre, sin enfados ni desequilibrios, rechazando los rituales inferiores, con semblante jovial. Practica así la adoración.
Ofrece y adora con devoción. La devoción no viene ni crece en un día. Incluso cuando es intensa no perdura. La devoción verdadera y permanente surge tras un largo período de auto-ejercicio y en particular por la gracia de la divinidad. Es entonces cuando las ofrendas que se hacen de acuerdo a las instrucciones del Gurú y acompañadas de los mantras adecuados, alcanzan su destino. Es entonces cuando por medio de Mantra Yoga puede realizarse efectivamente la adoración del Gran Sri Chakra, la Morada del vigoroso Poder de la Madre Divina. No por el mero hecho de cantar mantras, sino por el yoga del mantra, es decir, una identificación profunda con el alma del mantra que se repite. El Señor dice que junto con Ella (La Madre Divina), ambos aceptan una adoración así sin distinciones. Y cuando el adorador comience el ritual, debe realizar y llegar al estado de conciencia en que se siente divino. Para comulgar realmente con la Divinidad y ofrecerse a Ella, uno debe hacerse consciente de su propio estado de divinidad. Un adorador así alcanza la Plenitud junto con la Liberación.
La adoración debe realizarse en un lugar libre de distracciones e interrupciones, libre de multitudes. El adorador debe sentarse en una posición cómoda que dé estabilidad a su cuerpo y orientarse hacia el este o el norte. Antes de la ceremonia, con una mente tranquila, debe visualizarse sentado en la mansión enjoyada de la Madre Divina, en el Océano de la Inmortalidad, con toda la gran parafernalia requerida para la adoración y realizar la Puja de acuerdo al mandato del Gurú.
Antes de proceder a la adoración, sin embargo, hay un proceso de purificación indispensable de carácter quíntuple: purificación de uno mismo, del lugar, de los materiales empleados, de los Mantras y de la Deidad. La purificación de uno mismo es tanto externa como interna; la externa por el baño y la interna por la purificación de los elementos mediante el pranayama, nyasa y otros métodos prescritos. El lugar de adoración debe santificarse limpiando, frotando, sacando brillo, decorando con flores, incienso, alcanfor, luces y colores. Las sustancias utilizadas para la adoración deben purificarse por los métodos prescritos de rociar con agua recitando los Mantras, con mudra, etc. Los Mantras que se empleen deben purificarse con los medios apropiados (1). Y por último también debe purificarse la Deidad que va a adorarse, colocándola en un asiento, haciéndola completa, es decir, invocando en Ella la vida de la Deidad, rociándola con agua santificada al tiempo que se recita el mantra raíz y ejecutando nyasa y otros en la forma prescrita. A ello le sigue adornarla con ornamentos y ofrecer incienso, luces, etcétera.
Tras esta purificación elaborada y completa, debe prestarse atención al trazado de los círculos significantes, los mandaras, la utilización y colocación correcta de las diversas sustancias, de cada una de ellas y su combinación. Los diferentes Poderes cósmicos deben invocarse y los mantras repetirse en su debido orden y con deferencia sagrada. Debe invocarse la Fraternidad de los Gurús (2). Y tras santificar el asiento, se llama a la Divinidad. Se llama fervientemente a la Madre Divina, que reside en el ramo de Lotos, cuya Forma es el Gozo causal, siempre activa por el bien de todos, y se Le implora que permanezca mientras dure la adoración. La adoración se ofrece con una concentración exclusiva.
Las filosofías dicen que la Divinidad no tiene forma ni rasgos característicos. Entonces puede preguntarse, ¿cómo se nos anima a adorarla de tantas formas diferentes y se alaban sus características en las escrituras? El Agama nos da la respuesta.
Brahman es en realidad el Inmensurable, el Impersonal, sin atributos, pura Conciencia. Pero para beneficio de los aspirantes, de quienes le buscan, Brahman asume formas, se determina de forma que pueda ser conocido y accesible. Torna una Forma, pero ciertamente no está limitado por esa Forma ni cualquier cantidad de formas. Así, aunque la Deidad Suprema no está determinada o limitada por la Forma, se revela de múltiples formas. El adorador visualiza lo Sin Forma en la Forma, y la adora en el lingam (SEÑAL divina), el símbolo, el altar, Fuego, Agua, abanico, pared, hoja, Mandala (diagrama), tabla, en la cabeza o en el corazón.
De la misma manera que la leche sólo fluye por la ubre, pero se forma de constituyentes de todo el cuerpo de la vaca, así también la Divinidad que lo penetra todo brilla especialmente en imágenes y objetos similares. La intensidad de la Presencia de lo Divino en la Forma se determina por lo apropiado de esa Forma, especialmente por la adoración ofrecida y por la fe del adorador. La crema, mientras permanezca en el cuerpo de la vaca, no alimenta a nadie. Pero cuando se obtiene, se elabora y usa, proporciona un alimento. Del mismo modo, la Divinidad se extiende en cada cuerpo, pero sin la evocación y adoración correcta, no da fruto al hombre.
Todas las energías sutiles de la Deidad deben reunirse, los miembros revitalizarse instalarlas todas en la Imagen y entonces se adora a la Deidad viva (El Gurú, el Gurú de carne y hueso, el Gurú viviente). De otro modo, la adoración es infructuosa. Puede haber defecto en el Mantra, en el ritual o en el proceso, pero si se hace esta instilación correctamente, la adoración da fruto.
Si hay transgresión de las reglas no hay frutos. Tampoco deben permitirse defectos de exceso o defectos de escasez. El Japa, Homa, Puja, etc., se hacen aceptables a la Deidad y, por lo tanto, fructíferos, sólo cuando las cosas se hacen de acuerdo a los requerimientos establecidos. La adoración es inútil si no se ofrece con la conciencia activa de que la Divinidad está en forma de mantra y penetra todo el mantra. Se dice que el mantra forma el alma del yantra y la deidad está en forma de mantra. Cuando se la adora en el Yantra, se complace inmediatamente. ¿Y por qué se le llama yantra a esta forma? Porque regula y subyuga, niyantrana, todo el sufrimiento que surge del deseo, el enfado y otros fallos. Como el cuerpo es respecto al jiva o alma, como el aceite a la lámpara, la Yantra es el asiento establecido de todas las Deidades. Por ello, dibuja el Yantra, medita en Su forma auspiciosa, apréndelo todo de boca del Gurú y adora según las reglas. Si la adoración se hace sin el Yantra adecuado, todo lo que puede proporcionar es la maldición de la Deidad. Debe instalarse cada Deidad en su propio Yantra y adorarse con toda su parafernalia. Si eres descuidado e invocas a una deidad y adoras a otra, recibirás la maldición de ambas. Cada Deidad debe recibirse con el honor que le corresponde, y con el mantra propio de su orden. La fuerza interior del alma debe elevarse a su pleno potencial y dedicarla a la Deidad mediante los diferentes movimientos de la adoración. Se complace a la Deidad sólo cuando se aprenden todos estos requisitos del Gurú y la adoración se ofrece de acuerdo a las reglas. La Puja debe ser plena en sus componentes y en su duración.
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Notas
(1) Purificar el mantra es realizar japa de las letras del alfabeto que componen el mantra Matrika, una vez en su orden normal y otra vez en orden inverso, uniéndolas con las letras del mantra raíz.
(2) Los Gurús se clasifican en tres grados: la orden celestial, la orden de los perfeccionados y la orden humana. La primera la componen doce, entre ellos, Shiva y su Shakti. A la segunda pertenecen los que han llegado a la perfección y están continuamente presentes y activos. La tercera la componen dioses que aparentemente ocupan una posición subordinada en este esquema, seis en total. Según otras escuelas, la orden humana se subdivide en el Gurú humano, el Maha Gurú, el Parama Gurú y otros. Es imprescindible la invocación correcta al Trikaya y al Gurú viviente.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
CAPITULO VI -YOGA
El Yoga es el proceso principal. El Tantra se propone entrelazarlo con cada detalle de la vida y dar un significado diferente a cada actividad humana haciendo que cada una de ellas sea un medio para efectuar y expresar el yoga interno del progreso de lo humano a lo divino.
Una parte importante del yoga es dharana, meditación. Hay dos clases de meditación: externa y sutil. Cuando la meditación es sobre una Forma, es externa; y cuando no es sobre una Forma, sutil. La meditación externa se utiliza cuando la mente es muy inestable y necesita de un objeto concreto en el que fijarse para impedir que vaya de una cosa a otra. Pero el objeto de los tipos de meditación es el mismo equilibrio, inmovilidad de la mente.
Cuando se concibe la Divinidad con una forma (entonces el Gurú viviente), se la contempla en sus diferentes miembros, pies, manos, etc. según se señala. Cuando se la concibe sin forma, se la contempla como Satchidananda, luminosa y sin partes. No crece ni decrece, ni aumenta ni disminuye, brilla por sí misma e ilumina todo sin esfuerzo. Es infinita, formada de Luz, no puede percibirse con el ojo, simplemente existe; sólo puede sentirse y tomar conciencia de Ella con la mente. El Conocimiento de Eso es Brahman.
Se llama yoghi, conocedor del yoga, a aquel cuyo movimiento respiratorio se detiene, inmóvil como la piedra, y que sólo conoce el Ser y la Morada supremos. Cuando ni siquiera hay consciencia, sino la quietud del agua detenida, esa meditación desprovista de Forma se llama samadhi. La Realidad brilla por sí sola, no por los pensamientos de la mente. Y cuando la Realidad brilla de este modo por sí misma, nos convertimos al instante en Eso mismo. El que está como dormido tanto en el sueño como en la vigilia, sin respirar e inmóvil, es verdaderamente libre. A aquel cuyos sentidos no se agitan, cuya mente y respiración se absorben en su ser, que está como muerto, se le llama Jivanmukta, el que se libera durante su vida. No oye, ni olfatea, ni toca, ni ve; tampoco conoce el placer o el dolor, ni ejercita la mente. Como un tronco de madera, no conoce nada ni es consciente de nada; sólo está absorto en Shiva, está en samadhi. Cuando echamos agua sobre agua, leche sobre leche, ghee sobre ghee (1), no aparece ninguna diferencia. Del mismo modo, no queda diferencia entre el jivatma y el Paramatma, el alma y el Señor. El hombre puede convertirse en Brahman a fuerza de samadhi, igual que el insecto se convierte en abeja por la fuerza de la concentración. Y una vez que el Ser se separa de las gunas, no vuelve a ser el mismo, como la mantequilla, que una vez extraída de la leche no vuelve a su estado primitivo aunque la eches de nuevo a la leche.
Al igual que quien está en la oscuridad no ve nada, el yoghi no ve el mundo porque no llama su atención. Este es el verdadero signo de la meditación: cuando con los ojos abiertos no se ve el mundo, como si estuvieran cerrados. Quien conoce a Brahman es consciente del movimiento de este mundo como la persona que tiene conciencia de algún picor en su cuerpo.
Los mismo mantras y sus deidades se ponen al servicio de quien ha conocido la Realidad suprema, por encima de las formas y mutaciones. Cada movimiento de quien se funda en la sola conciencia del Ser, es adoración; cada palabra suya es un mantra, cada mirada es meditación (2). Cuando desaparece la identificación con el cuerpo y se conoce el Ser supremo, la mente está en samadhi, se mueva a donde se mueva.
Cuando se contempla el Ser supremo, se corta de raíz el nudo principal que nos ata a diversos aspectos de la naturaleza; se desechan todas las dudas, tanto de posibilidades superiores como sobre la veracidad de las escrituras o afirmaciones de los sabios; y todo el karma o legado de las acciones pasadas se consume. Cuando el Maestro Yoghi alcanza este estado puro y supremo, no se preocupa de la posición de los dioses o los poderosos Asuras. A quien ve al Todo penetrante, Lleno de paz y dicha, Imperecedero, ¿qué puede quedarle por alcanzar o conocer? Cuando se logra el conocimiento y el superconocimiento, cuando lo que se puede saber está vivo en el corazón y se ha alcanzado el estado de Paz, no son necesarios ni el yoga ni la concentración. Todas las reglas sobran una vez que se conoce el Brahman supremo. Cuando soplan los vientos del monte Malaya, ¿de qué sirven los abanicos? Para quien se ve como OM (o como el Ser), no hay ni control de respiración, ni cerrar los orificios nasales, ni yama o niyama, ni el yoga basado en la postura del loto o en dirigir la mirada a la punta de la nariz. Los adeptos al yoga declaran que el Yoga es la unión de jiva y el Atman. Una vez que se consigue esto, todas las disciplinas que preparan o contribuyen al yoga dejan de ser útiles.
Cuando se medita en este Supremo con fe, aunque sólo sea por un momento, se obtiene un beneficio inmensurablemente grande. Incluso el deliberar por un momento sobre la verdad 'yo soy Brahman' borra todos los pecados, como el salir del sol disipa la oscuridad. El conocedor de la Verdad obtiene un millón de veces el fruto que se logra por las obligaciones, sacrificios, peregrinaciones, ofrendas, adoración a los dioses, etcétera.
Hay varios estados del ser, muchos grados de conciencia en esta vida del yoga. El mejor sin lugar a dudas es el estado natural, en el que la unión con lo Divino se siente de forma espontánea e ininterrumpida; el grado medio es el de la concentración y meditación, el inferior es el de las alabanzas y el japa. Por debajo de éste, se encuentra la adoración. Es decir, el deliberar u ocupar la mente en la naturaleza de la Verdad es el mejor, el más elevado; la preocupación por el japa es medio, y el estudio del sastre es el inferior, estando por debajo la ocupación en los asuntos del mundo.
Un billón de adoraciones equivale a una alabanza; un billón de alabanzas equivale a una repetición del mantra; un billón de repeticiones equivale a una meditación; y un billón de meditaciones equivalen a una absorción o laya.
El mantra no está por encima de la meditación; un dios no está por encima del Ser; la adoración no está por encima de la búsqueda interior; y no hay ningún fruto superior al contentamiento.
El estar libre de ritual es la Adoración más alta; el silencio es el japa más alto; la ausencia de pensamiento es la meditación suprema; y la ausencia de deseo es el fruto máximo. Libre de apegos, apartado, más allá de la impresiones y asociaciones mentales, absorto en la propia naturaleza verdadera, el yoghi conoce la Verdad suprema.
El propio cuerpo es el templo. El mismo jiva es el Dios Sadashiva. Aparta los pétalos marchitos de la Ignorancia y adora con la Conciencia de "yo soy Él". Jiva es Shiva; Shiva es jiva; el jiva puro es Shiva. Cuando está limitado es jiva; cuando se libera de las limitaciones es Sadashiva. Encerrado en la cáscara es un grano; libre de la cáscara es arroz. Encerrado en el karma es jiva; libre del karma es Sadashiva.
Para los sabios iniciados o Brahmanes, lo Divino se revela en el Fuego del sacrificio; para los pensadores, en el corazón; para los que no están despiertos, en las imágenes; pero para los que conocen al Ser, está en todas partes.
El que permanece ecuánime tanto en la censura como en la alabanza, en el frío como en el calor, entre amigos o enemigos, es el maestro del yoga, que carece tanto de exuberancia como de depresión. El yoghi, conocedor de la Verdad suprema, reside en el cuerpo como un viajero, sin deseos, siempre contento, con visión de igualdad, dueño de sus sentidos. Yoghi es el conocedor de la gran Verdad, que no tiene volición, ni dudas, ni rastro de asociaciones o impresiones, y siempre permanece absorto en la Verdad de su propia Realidad. El yoghi, conocedor de la verdad, vive como el cojo, el ciego, el sordo, el impotente, el ebrio, el estúpido.
Reanimado con la Dicha suprema que mana de la adoración quíntuple, es maestro del yoga y contempla el Ser en su interior.
Para quienes saben cómo obtener el néctar esencial de los cinco constituyentes de la adoración, éstos proporcionan la liberación; pero para quienes no lo saben y aun así recurren a ellos, son auténticos medios de perdición. El auténtico Kula-yoghi es el que entre estos cinco elementos de adoración está constantemente concentrado en los Pies del Gurú, y siempre libre de lapsus mentales. Toma parte de estos elementos ampliamente, y al mismo tiempo vive siempre plenamente consciente de su identidad con el Supremo.
En el camino de Shakti, los valores cambian por completo. Lo que en el mundo ordinario se rechaza, en éste se aprecia; lo que aquí se valora se rechaza en aquél. Las consideraciones de los hombres mundanos no son aplicables al Kaula, cuya meta es diferente y cuyo camino es aún más diferente. Para el Kaula no existen los preceptos de aceptación o rechazo, ni mérito o demérito, ni cielo o infierno. En este camino el ignorante se hace sabio; el pobre, rico; el decadente prospera; los enemigos se vuelven amigables, y los mismos reyes se hacen sirvientes: todos estiman al Kaula. Los que se apartan vienen a saludar y el orgulloso se inclina ante él. Los oponentes se convierten en aliados. Las malas cualidades se hacen buenas, lo que no es afín se vuelve afín; lo que es contrario a la rectitud se convierte en rectitud. La misma muerte llega a ser un médico que ayuda, y el hogar se torna un auténtico paraíso. Lo que el Kula-yoghi desea, se realiza.
Un Kula Yoghi puede residir en cualquier parte, enmascarado en cualquier forma y desconocido para todos. Estos yoghis, con diversas apariencias, dedicados al bienestar del hombre, recorren la tierra desconocidos para los demás. No derrochan su conocimiento del Ser a la primera ocasión. En medio de los hombres viven como intoxicados, mudos, estúpidos. Las costumbres de los yoghis no pueden percibiese fácilmente, como las estrellas y planetas de los cielos cuando brilla el sol o la luna. Las costumbres de los yoghis no se ven como los movimientos de las aves en el cielo o de los peces en el agua. Los adeptos al Kaula yoga hablan como groseros, se comportan como ignorantes y parecen despreciables. Esto lo hacen para que los hombres les ignoren y no se amontonen alrededor de ellos. No hablan en absoluto. Aunque está realizado en la libertad, el yoghi puede jugar como un niño; comportarse como un subnormal y hablar como un borracho. Un yoghi así vive de forma que en este mundo humano puede provocar la risa, el desagrado y el insulto, o que al verle se aparten de él dejándole sólo. Puede aparecer con diferentes aspectos; a veces digno, a veces decadente; a veces como fantasma, o como demonio. Si el yoghi acepta las cosas de la vida es por el bien del mundo y no por deseo. Juega sobre la tierra por pura compasión hacia todos los hombres.
Como el sol que lo seca todo, como el fuego que todo lo consume, el yoghi asume todo, pero ningún pecado le mancha.
Como el viento que todo lo toca, como el cielo que se extiende a todas partes, como todos los que se bañan en los ríos, el yoghi es siempre puro. Así como el agua de una población se purifica cuando alcanza el río, así también las cosas de las personas innobles se vuelven puras cuando alcanzan las manos del yoghi.
Para los sabios que buscan su bien supremo, los caminos de los adeptos al Conocimiento Kaula son realmente venerables.
El Camino supremo es el que recorren los maestros del yoga; el Este se encuentra donde nace el sol. El Camino está donde pisa el Kula yoghi, del mismo modo que el sendero se forma donde pisa el elefante. ¿Quién puede pretender hacer derecho el curso serpenteante de un río o detener su curso? ¿Quién puede desviar al hombre en Paz que se recrea a voluntad?
Las serpientes no pican al encantador que las maneja, y las serpientes de los sentidos no dañan al hombre sabio que juega con ellas. Apartados de la miseria, contentos, sin dualidades ni envidias, entregados al Conocimiento Kaula y llenos de paz, los Kaulas siempre están dedicados a lo Divino. Sin insolencia, enfado, pretensión, deseo ni ego, los maestros del Camino Kaula no son volubles. Cuando se alaba la Verdad del Camino Kula, sus pelos se erizan, sus voces tiemblan de emoción y fluyen lágrimas de alegría; son los mejores Kaulikas. Tienen la convicción de que el Kula Dharma nacido de Shiva es superior a todos los dharmas; así son los mejores Kaulas. Sólo es seguidor del Kula quien conoce la verdad del Kula, el experto en la ciencia del Kula, ocupado en la adoración del Kula; nadie más. El seguidor del Kula, querido de Shiva, siente agrado al reunirse con devotos del Kula, conocedores del Kula, sus tradiciones y observancias.
Para ser un Kaula, conocedor de los tres tattvas, los Pies supremos, el significado del mantra básico y devoto de la Deidad, el Gurú, es necesaria la iniciación. Es difícil obtener un maestro del Camino Kaula. Sólo puede conseguirse por la maduración afortunada de méritos anteriores. Por muy degradada que sea su situación en la vida, el practicante intenso del Camino Kula se purifica instantáneamente tan sólo recordando al maestro, o alabándole, o viéndole, o inclinándose ante él, o conversando con él.
"Tanto si es omnisciente como estúpido, el mejor o el peor, si es conocedor del Kula, dondequiera que esté, allí estaré Yo contigo (la Madre Divina). No resido en Kailas ni en Meru ni en Mandara, sino donde residen los conocedores del Kula.
Incluso si estos hombres del Señor viven lejos, allí debemos encaminarnos, debemos esforzarnos por verlos, porque de hecho, allí estoy Yo. Al Maestro del Kula debe buscársela aunque esté lejos; pero no al hombre animal aunque esté cerca. El lugar donde vive el conocedor del Kula se santifica. Viéndole y adorándole tres veces, se elevan siete generaciones. Cuando ven a un conocedor del Kula entre sus descendientes, los antepasados se alegran diciendo: "alcanzaremos el estado supremo". Los antepasados esperan un (una) Kaulika en su familia, como hijo o nieto, con el mismo anhelo del labrador por la lluvia abundante. A quien los maestros del Kula se acerquen con agrado, está realmente bendecido y libre de pecado.
Cuando el maestro -de los Kaulikas- está cerca, los yoghis y yoghinis se reúnen felizmente en su morada. Los mismos antepasados los contemplan. Por ello, debe adorarse con devoción a los adeptos del Conocimiento-Kula.
Si tras adorarte a Ti, oh Devi, no se adora a Tus devotos, los pecadores que no lo hagan no merecen Tu Gracia. Cuando se colocan las ofrendas ante Ti, las aceptas con una simple mirada; yo tomo su savia de la lengua del devoto. Mi adoración es la adoración de Tus devotos; así pues, quien busque mi favor debe adorar a Tus devotos. Lo que se haga por los Kaulas se hace por los dioses, porque ellos están orgullosos de los Kaulas. Por tanto, adora a los Kulas. En ningún sitio me complazco tanto como allí donde se adora bien al Gurú del Kula. El fruto que se obtiene por esta adoración no se consigue con peregrinaciones, penitencia, ofrendas ni observancias. Si se menosprecia al Maestro Kula, todas las ofrendas, donaciones, sacrificios, penitencias y japa que pueda hacer un kaula son inútiles. Si alguien se introduce en el Camino Kula y aún no conoce los modos del Kula, su casa es un cementerio y él es un pecador, un cocinero de vacas.
Las ofrendas hechas a quien no sea devoto del Kula son infructuosas como el agua en vaso roto, la semilla en la roca, y el ghee derramado sobre cenizas. Pero lo que se ofrezca según las posibilidades, con sentimiento, al Kula-yoghi en ocasiones especiales, es supremamente fructuoso. Cuando se adora a los Sabios del Kula en días señalados, con reverencia divina, pasta de sándalo, flores y los cinco mudras, y se les complace, Yo me complazco y todos los dioses se complacen".
Por consiguiente, dedícate siempre al Kula con gran esfuerzo y en todas las condiciones, adora a los conocedores del Kula.
Tanto si eres culto como si no, mientras conserves el cuerpo, el camino establecido para tu vida consiste en librarte del karma. Cuando la ignorancia se destruye así por la acción correcta (3) alcanzas el estado de Shiva por el conocimiento, y en Shiva obtienes la liberación. Por ello, recurre siempre a la acción prescrita. Realiza acciones irreprochables, trabajos cuya realización se recomiende a diario, y vive felizmente desahogado por esa acción, aspirando a la felicidad y dedicado al trabajo. Quien tiene un cuerpo no puede renunciar a toda actividad; así que abandona el fruto de la acción y sé un auténtico renunciante. Los órganos se ocupan en sus funciones. Comprende esto y deja de lado el sentido de ego; las acciones que se realizan así no manchan. Las acciones que persiguen el logro del Conocimiento no pueden tocar, como el agua no toca el pétalo del loto. Para quien se halla establecido en ese conocimiento, todos los actos, buenos o malos, se consumen, no manchan; ni tampoco los que se repiten.
El sabio debe abandonar toda acción que limite y entregarse a la consiguiente alegría natural y al Conocimiento de la Verdad, dejando de lado toda volición. Abandonar simplemente el esquema de acciones prescritas (sin este conocimiento) no es más que una vanidad del ignorante. Cuando el árbol florece, arroja indiscriminadamente la flor; y de igual modo el yoghi que alcanza la Verdad abandona la parafernalia de trabajos. Quienes en su corazón son uno con Brahman, no están afectados por el mérito ni por el demérito.
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Notas
(1) El “ghee” es la mantequilla clarificada, y se utiliza a menudo en la India (N. del T.)
(2) "Dígnate aceptar mis charlas como japa, y construye mis movimientos como mudras. Que mis divagaciones sean Pradakshina y que todo lo que como y bebo sean ofrendas para ti. Que mis inclinaciones sean reverencias a ti, y que todos los disfrutes no sean para mí sino para ti. Permite que mis acciones constituyan tu adoración". (Y. 29, Saundarya Laharí).
(3) La acción correcta. Se refiere a lo prescrito en las escrituras (N. del T.).
DEL GRAN DOCTOR MATSYENDRA
El Bhautika-Yoghi Mahatma Chandra Bala en la foto
Postura que permite aumentar la virilidad
MATSYENDRANATH es el Avatar del Kaula-Jñana-NirnayaTantra
Kaula Sendero de la mano izquierda
CAPITULO VII -ADORACIÓN
La adoración, individual o colectiva, juega un papel central en la vida del Kaula. Hay diferentes rituales de adoración para las sesiones diarias, quincenales y mensuales. Hay prescritos rituales especiales para ocasiones especiales como días de festivales religiosos, cumpleaños propio, del Gurú, del Parama Gurú, etc. Todos deben observarse con lo mejor de nuestra capacidad, recursos, circunstancias, tiempo y costumbres. En la selección, unión y utilización de los ingredientes de la adoración debe ejercitarse un cuidado máximo. Mucho más que del aspecto material de la adoración, quien la realice debe cuidar de su estado psicológico de mente y alma. Especialmente en la adoración con las cinco emes, se establece que deben utilizarse en la forma prescrita y únicamente para deleite de la Deidad o Gurú viviente. Si surge el deseo, se convierte en un acto pecaminoso. El adorador debe inclinarse ante la mujer, a quien se debe adorar según determinados rituales, como una deidad (nótese que para el propósito de adoración de la doncella, ésta puede tener cualquier edad, desde un año en adelante). Primero debe invocarse la Deidad en ella, y luego proceder a la adoración con una mente libre de impureza. Lo mejor es que el adorador eleve su conciencia al estatus de un dios.
El Yantra es parte esencial de la adoración Kaula y sin un Yantra adecuado, a la Deidad no le agrada estar presente. El Señor mismo está presente con la Devi, donde se ofrezca adoración según las escrituras. Son millones los sirvientes a quienes ha confiado la protección del camino Kula y de quienes se adhieren a él. Siempre están satisfechos cuando se les recuerda y se les da lo que les corresponde en la adoración. Algunos de ellos, las deidades mayores, deben ser invocados y adorados según las formas establecidas.
Antes de comenzar el ritual de adoración, el iniciado debe limpiarse con un baño purificador. Debe sentarse en la forma prescrita y abstenerse de conversaciones fútiles y desconectadas. No debe comer antes. No debe estar falto de devoción ni estar manchado por cualquier tipo de codicia. No debe ofrecer adoración en presencia de alguien que no esté cualificado para participar en el ritual, es decir, el hombre en estadio animal que no está lo suficientemente purificado en mente y alma.
Hay mucha diferencia en la adoración Kaula según la realice una persona iluminada en los caminos del Jñana-yoga o alguien ignorante de ellos. Los sabios, dice el Tantra, intoxicados con el licor del ritual, hacen japa, meditan, adoran, se postran, instruyen, preguntan y deleitan durante las sesiones. Pero los ignorantes van de un lado a otro, rugen, ríen, discuten, lloran, tienen deseos sexuales y cavilan. En el Círculo de Adoración deben evitarse la ligereza, locuacidad, discusiones sin lógica, indiferencia, miedo y enfado. No debe darse tregua al egoísmo. Todos son dignos de respeto a los ojos del verdadero Kaula. Nadie puede pretender superioridad sobre los demás diciendo que es el más antiguo.
Ten el debido respeto al Gurú reconocido.
Adórale en las ocasiones apropiadas. No tomes su nombre más que para hacer Japa. Mantén en secreto todo lo concerniente a las enseñanzas del Gurú y al Mantra que te ha dado. Recibe de la persona del Gurú instrucción en la línea de la antigua tradición y no hables de ello a quien no esté cualificado. No hables con los ruines, ni les escuches.
Ten respeto por las mujeres, pues todas pertenecen a la familia de la Madre Divina. Nunca las castigues en forma alguna, sea cual sea la falta. Se deben enfatizar sus cualidades y no sus fallos.
Guarda del profano la enseñanza central del Kula, como guardas de los ladrones el oro y el maíz. Sé Kaula (adorador de la Shakti Soberana) en tu interior; aparenta ser Shaiva (devoto de Shiva) en el exterior; pero entre los hombres de la sociedad, hazte pasar por Vaishnava (adorador del Dios Vishnu). Protege el sendero del Kula como el agua en el interior del coco. Las escrituras como los Vedas y Sastras son como las mujeres comunes, abiertas a la mirada pública. Pero no sucede lo mismo con el Sambhavi Vidva -la Ciencia del Kaula- que es como la novia de una familia distinguida. Y la vertiente principal de esta enseñanza Kula no consiste en los rituales elaborados, ni en el Mantra, ni en el estudio serio de tratados eruditos, sino en una ordenación sincera de la vida entregada completamente a la voluntad del Gurú.
Proclama la gloria del Gurú pero guarda el sagrado mantra que te ha impartido. El Gurú es el salvador. Y más. Al igual que las faltas de los ministros se atribuyen al rey, y los de la mujer a su esposo, también los pecados del discípulo se le imputan al Gurú. Por ello, sé cuidadoso y cumple fielmente sus instrucciones, o de lo contrario tus pecados de omisión y comisión recaerán sobre el Gurú.
ESPLENDOROSO TRONO SUBLIME DEL Dr. SAJAMAY
26 de Febrero de 2006 18 horas 30 minutos
En la foto, el V. Jñàpika Satya Gurú
En la foto, el V. Jñàpika Satya Gurú
Único equipaje una cámara fotográfica y una linterna-llavero
Única compañía, la M. R. Gelong M. Suárez
(los pumas y demás amigos de la noche)
(los pumas y demás amigos de la noche)
ESPLENDOROSO TRONO SUBLIME DEL Dr. SAJAMAY
26 de Febrero de 2006 18 horas 00 minutos
En la foto, la M. R. G. Jñàni Vajrayoghini
Vientos MUY helados a más de 100 Km hora
Foto tomada por el V. Jñàpika Satya Gurú del Tantrismo Satwico
En la foto, la M. R. G. Jñàni Vajrayoghini
Vientos MUY helados a más de 100 Km hora
Foto tomada por el V. Jñàpika Satya Gurú del Tantrismo Satwico
CAPITULO VIII -DEVOCIÓN AL GURÚ
Por todo ello, adórale, adora sus pies y venera las sandalias que albergan sus pies. Así como la esencia del habla se encuentra en el centro inferior básico, y al igual que las clases inferiores son los instrumentos operativos, así también, todo el conocimiento en el Océano de Kula está fundado en las sandalias del Gurú. Recuerda y estima estas sandalias que proporcionan infinitamente más mérito que cualquier número de preceptos, donaciones, sacrificios, peregrinaciones, mantrajapa y rituales de adoración. Es esto lo que, cuando se recuerda, protege en tiempos de dificultades, peligro y calamidades.
El estudio, recuerdo, conocimiento, donaciones, sacrificios y adoración los hace realmente quien recuerda siempre con su lengua el mantra de estas sandalias. Vuélvete en dirección a los pies del Gurú e inclínate diariamente con devoción. No hay mantra más elevado que el de las sandalias, dios más elevado que el Gurú, iniciación superior a la Shakta, ni mérito mayor que la adoración Kula. La raíz de la meditación es la forma del Gurú; la raíz de la adoración son los pies del Gurú; la raíz del mantra es la palabra del Gurú y la raíz de toda liberación es la gracia del Gurú. Todas las acciones santas de este mundo tienen su base en el Gurú; y ésta es la razón de que deba servirse al Gurú continuamente y con devoción para obtener plenitud.
Los temores de dificultades, sufrimiento, avaricia, ilusión y confusión existen sólo mientras no se toma refugio en el Gurú.
Todos los trasiegas en el mundo, cargados de dolor e impureza, duran mientras no se tiene devoción por un Gurú santo. El bello mantra de las sandalias, cuya raíz está en la gracia del Gurú, cargado con el fruto de la plenitud, purifica y conduce a la Verdad suprema. Cuando el Gurú te dé graciosamente el mantra con agrado y beatitud, trata de complacerle con devoción, dinero e incluso tu propia vida. En realidad, el discípulo sólo se ilumina y libra del nacimiento cuando el Gurú se entrega al discípulo. El discípulo debe seguirle hasta que esté complacido, porque entonces desaparecen todos los pecados. Estos amantes de los devotos les proporcionan lo inimaginable. Cuando el Gurú está complacido, incluso dioses como Brahma, Vishnú, Mahesha, los sabios y yoghis, otorgan su gracia. El discípulo alcanza la liberación del karma y se hace partícipe de la libertad y la plenitud, dirigido por el compasivo Gurú a quien ha agradado su devoción.
De aquí que el discípulo debe hacer lo que agrada al Gurú con su mente, habla, cuerpo y acción. Cuando el Gurú, complacido, dice: 'estás liberado', uno alcanza realmente la liberación. Desde su posición transcendente, el Señor en forma de Gurú nos libera de las ataduras animales. La devoción al Gurú es la verdad principal, sin la cual todo el conocimiento, austeridad, posición familiar y observancias son inútiles, son sólo decoraciones que agradan al ojo mundano. Cualquiera que sea nuestra situación en la vida, si somos devotos, seremos queridos del Señor y tan adorables como Él mismo.
El fuego de la devoción al Gurú quema todo rastro de malos pensamientos. Con devoción, incluso un cocinero de vacas es digno de alabanza, y un hombre culto sin ella es un ateo. Quien tiene devoción completa y es constante y estable en el Gurú, ¿tiene que preocuparse sobre la rectitud, riqueza, etc.? La liberación está en la palma de su mano. La plenitud no está lejos para quien recuerda con devoción:
'Mi Gurú es el mismo Shiva que otorga la liberación y el disfrute'.
Todos los objetos fructifican para quien tiene devoción suprema por el Señor e igual por el Gurú. La devoción que se debe tener por el propio Gurú ha de ser como la de Narayana por Mahadeva, o la que se tiene al padre y la madre. Considera al Gurú y a su esposa como tus padres, como los mismos Narayana y Lakshmi, como Brahma y Saraswati, como Shiva y Girija. Por los sacrificios, donaciones, ascetismo y peregrinaciones no se obtienen todos los poderes como mediante la devoción al Gurú. A medida que aumenta una devoción firme por el Gurú, el conocimiento también aumenta.
¿Para qué sufrir largas peregrinaciones? ¿Para qué seguir observancias que extenúan el cuerpo? Todos los frutos proporcionados por estas austeridades pueden obtenerse fácilmente por el servicio desinteresado al Gurú. El Sruti declara que para los que buscan la plenitud y la liberación, los que aspiran a alcanzar a Brahma, Vishnu e Isha, la devoción al Gurú es el Camino y no otro. Como el fuego que consume un montón de algodón, esta devoción quema en un momento todo karma inauspicioso y grandes pecados. Gloria a esa fe en el Gurú, dador de toda plenitud, por quien incluso el barro, madera y piedra dan fruto sin fallo. Ni el yoga, ni la austeridad ni el ritual logran algo; en este camino del Kula, libre de Ilusión, sólo sobresale la devoción. Cuando se considera que el Gurú penetra todo el universo, ¿qué mantra puede dejar de dar fruto en ese campo del devoto? Quien considera humano al Gurú, al mantra como un conjunto de letras y las imágenes como piedra, va a la perdición. No consideres al Gurú mortal. Si lo haces, ni el mantra ni la adoración te darán el éxito. No asocies al Gurú santo con la gente normal ni en tus recuerdos ni en lo que digas. De otro modo, todo lo bueno que se haga se convertirá en malo. Debe adorarse a los padres porque son la causa de nuestro nacimiento. Pero a quien debe adorarse especialmente es al Gurú que nos muestra qué es y qué no es la Rectitud (1). En realidad, el Gurú es el padre, el Gurú es la madre, el Gurú es el mismo Dios Maheshwara. Incluso cuando el Dios Shiva se enfada, el Gurú es el salvador; pero cuando es el Gurú quien se enfada, nadie puede salvarte. Haz lo que sea útil al Gurú con tu mente, habla, cuerpo y acción; hacer algo contrario a su bienestar es invitar a una caída vertiginosa. La muerte sigue al abandono del Mantra; la pobreza absoluta sigue al abandono del Gurú; el abandono de ambos conduce al mismo infierno. Mantén tu cuerpo por el Gurú; adquiere riqueza por el Gurú; ejercítate por el Gurú sin preocuparse por tu propia vida.
Si el Gurú habla duramente, tómalo como una bendición; incluso una bofetada suya tórnala como un regalo.
Sean cuales sean los objetos de disfrute, ofrécelos primero al Gurú y tórnalos como sus sobras.
Cuando el Gurú está presente no es necesaria la austeridad, ni el ayuno, ni los preceptos, ni las peregrinaciones ni los baños purificadores.
No debes dar órdenes al Gurú ni hablarle sin respeto.
Con el Gurú no debes hacer transacciones de negocios de compraventa ni prestamos. No discutas con los que niegan a Dios ni hables con ellos siquiera. Evítalos desde lejos. No te sientes nunca junto a ellos. Cuando el Gurú está presente, no comiences a adorar a otro; esa adoración será infructuosa.
Cuando llevas el loto de sus pies en tu cabeza, no tienes ninguna carga que llevar. Sólo tienes que actuar de acuerdo a su mandato, porque el Gurú es en realidad el mandato.
Cuéntale lo que oigas en cualquier parte sobre mantras y Agamas; acepta sólo lo que él apruebe y rechaza lo que no apruebe. No hables del secreto de lo que él diga de su propio conocimiento; hablar de ello es romper la comprensión.
Siéntete uno con el Gurú y no diferente; y haz bien a todos como a ti mismo.
El servicio al Gurú tiene cuatro aspectos: servicio propiamente dicho, servicio con otros medios, servicio por la veneración y servicio por el sentimiento de felicidad. Agrada al Gurú dedicando tu mente a su servicio. El fruto que se obtiene es el mismo que el de grandes sacrificios como el ashvamedha. Este servicio atrae la Gracia de la Madre Divina. Si el servicio se acompaña de una devoción feliz, trae como consecuencia la plenitud total; los pecados se desvanecen y el mérito crece a pasos agigantados. Lo que vaya dirigido hacia ti, dirígelo hacia él. El servicio hecho con devoción y de acuerdo a los propios medios tiene el mismo mérito tanto si es poco como si es mucho, si se es rico como si se es pobre. Aunque dieras al Gurú la totalidad de tus bienes, pero sin devoción, el fruto no llegaría a ti. Porque en realidad la devoción es la única causa.
Si utilizaras incluso una undécima, o media, de lo que pertenece al Gurú, por avaricia o confusión, ello redundará en tu perdición. No te apropies ni de un fragmento de lo suyo a menos que te lo dé; te deslizarías hacia abajo con consecuencias desastrosas. No pongas tu ojo sobre ninguna de sus pertenencias. Romper sus órdenes, robar sus posesiones, la conducta desagradable, son todo traiciones al Gurú, un gran pecado. Incluso tus propios bienes debes usarlos sólo después de habérselos ofrecido al Gurú. El que perjudique la posición del Gurú, su Tradición, su Camino, merece que los Gurús le ignoren; merece que le castiguen. La consecuencia del enfado del Gurú es la miseria; de la traición al Gurú, el pecado; de las críticas al Gurú, una mala muerte; del desagrado del Gurú, las catástrofes. Puede que quien se haya introducido en el fuego sobreviva; puede también que sobreviva tras ingerir veneno, o incluso tras estar en manos de la muerte; pero no sobrevivirá si ha ofendido al Gurú.
No prestes atención a cualquier censura sobre el Gurú. Cuando oigas críticas semejantes, cierra tus oídos, aléjate y recuerda su nombre para contrarrestarlas.
No faltes al respeto a la comitiva del Gurú; no critiques sus tradiciones, tanto si están basadas en los Vedas, como en las Escrituras o Agamas. El sándalo sagrado del Gurú es el ornamento; el recuerdo de su nombre es japa; realizar sus mandatos es el deber; servirle es adoración.
Cuando entres en casa del Gurú, mantén tranquila tu mente, sé devoto en extremo. Deja fuera tu vehículo, sandalias, paraguas, abanico y cosas por el estilo; deja también el colirio y el maquillaje, y entra despacio. Cuando veas las sandalias del Gurú, su asiento, ropa, vehículo, paraguas y abanico, inclínate ante ellos, pero no los desees para ti mismo. En presencia del Gurú, de los yoghis, y en grandes centros de realización y peregrinación y en Gurúkulas (Ashrams), cuídate de evitar el lavarte los pies, bañarte, untarte aceites, lavarte los dientes, orinar, vomitar, afeitarte, dormir, sexo, sentarte llamativamente, hablar con dureza, dar órdenes, reírse, llorar, soltarse el pelo, turbante y la capa, nudismo, estirar las piernas, discutir, aspereza, hacer reproches, contorsionar el cuerpo, producir notas musicales con el cuerpo, frotarse las manos, los dados y diversiones, peleas y cosas por el estilo y bailar. Todo esto acarrea la maldición de la Deidad.
En presencia del Gurú mantén la forma adecuada; no entres con deseos; sírvele mirándole a la cara; haz lo que él diga. En el servicio al Gurú -lo exprese abiertamente o no, no seas descuidado; honra sinceramente lo que diga y hazlo sin dudar. El Gurú es la causa de todos los obstáculos y sanciones. Lo que surge de su boca, eso es la escritura. Siendo intensamente devoto por el Gurú, no encargues a otros su trabajo si tú mismo puedes hacerlo aunque tengas muchos criados.
Mientras te muevas o estés de pie, duermas o estés despierto, hagas japa, ofrezcas oblación o hagas adoración, mantén sólo los preceptos del Gurú con tu ser interior descansando en él. No tengas orgullo de clase, cultura o riqueza; mantente siempre al servicio del Gurú, siempre en su presencia. Abandonando el deseo, el enfado, con humildad, y devoción, con espíritu alegre, mantente sobre el suelo y haz su trabajo. Tanto si estás ocupado con tu trabajo como con el de otros, conociendo su parecer, mantente a su lado humilde y con semblante alegre. Es extremadamente digno de reproche el hacer en presencia del Gurú algo que esté normalmente prohibido. No cometas la desatención de oír lo que el Gurú dice mirando a otro lado, tanto si es beneficioso como si no. Hablar falsamente ante el Gurú es cometer el mayor pecado. En ausencia del Gurú que está a distancia y en dificultades, no le abandones: ve a donde él te mande. Cuando él esté más bajo que tú, no te mantengas por encima, no camines por delante de él, no te sientes mientras él esté de pie. No cruces la sombra de Shakti, la sombra de Dios ni la sombra del Gurú; no permitas que tu propia sombra se proyecte sobre ellos. No duermas en su presencia. A menos que él te lo diga, no hables, no leas, no cantes, no comas allí; no hagas nada sin inclinarte ante él. No dejes nunca de seguir sus preceptos. No creas en la palabra de otro sin que él te lo mande. Hazlo todo de acuerdo al mandato del Gurú; no hables de su esposa. Inclínate ante él con devoción, mantén las palmas unidas y ponte en pie. Tras ello, con una inclinación, sal de su residencia a pie. Nunca te sientes en el mismo asiento del Gurú con sus colegas. No permanezcas sentado en presencia de la Deidad y del Gurú. El asiento más alto debe dársele al Gurú, y buenos asientos a los mayores; a los más jóvenes dales los asignados y a otros el mismo que tú tengas. Incluso si estás dotado de clase, cultura o riqueza, viendo al Gurú desde lejos, póstrate con alegría y camina a su alrededor por tres veces. Al ofrecer sumisión, observa la prioridad debida al Gurú y al Gurú del Gurú, etc. Concede el honor debido a los mayores. En presencia del gran Gurú, inclínate mentalmente ante tu propio Gurú.
Saluda a todo, desde lo Divino hasta una hoja de hierba, como el Gurú, pero no saludes como a Dios al ídolo hecho de hierro o tierra. Tres postraciones ante el Gurú, una ante los mayores, con las palmas juntas a los honrados, y a los demás, saludo oral. Inclínate ante los Dioses, el Gurú, los Maestros del Kula, los antiguos en conocimiento, los ricos en sacrificio, los de conocimiento elevado, quienes son firmes en su Rectitud. No te inclines ante el odiado por las mujeres, el maldito por el Gurú, el erudito hereje, el tonto, el malhechor, el ingrato, el transgresor de las formas de vida ordenadas. Mientras estás en el mismo sitio, si tomas comida sin ofrecerla al Gurú, se hace impura. Cuando estés en el mismo sitio, póstrate ante el Gurú tres veces, durante las tres sandhyas. Si estás lejos, póstrate según está prescrito (2).
No te acerques a la realeza, la Deidad y el Gurú con las manos vacías. Ofrece en la medida de tu capacidad, fruta, flores, ropa y otras ofrendas.
Considera a la Shakti del Gurú, al hijo (en el sendero) del Gurú y a su hermana mayor (en el sendero), como el Gurú mismo. El conocedor del ser debe cuidar del hermano menor (en el sendero) del Gurú como de su propio hijo. Inclínate ante el Maestro del Kula, ante el mayor y el menor del Gurú, ante el que es casi como un Gurú, como ante el propio Gurú. Los cuatro mayores son: el mayor en sacrificios, el mayor en orden, el mayor en el Kula y el mayor de los hijos del Gurú. Respétalos en ese orden y en la forma prescrita.
A los mayores como tu padre, madre, y otras relaciones dignas, exprésales tus sentimientos levantándote, inclinándote y todas las demás cortesías. Pero si aparentas ser un maestro, todos estos actos se tornan en negativos para ti.
Una vez alcanzada la posición del Señor, no te inclines ante nadie de la escala inferior o animal. Quien alcanza la posición del Gurú por la meditación en el Mantra de las sandalias debe ser apreciado como Gurú.
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Notas
(1) Los padres sólo nos dan un nacimiento humano en este mundo, pero el Gurú nos asegura un nacimiento y la divinidad en este mundo y en el otro.
(2) Las ocasiones y períodos varían. según la distancia.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
CAPITULO IX -GURÚ-SHISHYA
El Gurú debe desistir de tomar como discípulo al que es de descendencia malvada; al malvado; desprovisto de buenas cualidades; negativo; discípulo de otro; hereje; impotente; que se cree docto; con un cuerpo o miembros deformes; cojo; ciego; sordo; sucio; atacado por la enfermedad; excomunicado; de boca sucia; vestido como le apetece; de miembros malformados; de movimientos, porte, habla y aspecto deforme; dormilón; atontado; perezoso; adicto a vicios como las apuestas; escondiéndose siempre tras los armarios, muros o pilares; malvado; carente de signos externos de devoción aunque en su interior la tenga; dado a la exageración en el habla; seco; desterrado; que solamente instiga a los demás; artero; impuro con el dinero y la esposa; dado a realizar lo prohibido y a omitir lo que se recomienda; que divulga los secretos; echa a perder lo que hay que hacer; como un gato (en la cautela); como una grulla (en la decepción); siempre empecinado en buscar fallos en los demás; conocedor de la magia; ingrato; que oculta su interior; traicionero; desleal a su maestro; pecador; indigno de confianza; siempre lleno de dudas; al que no aspira a la plenitud; al criminal; queriendo exigir; enfadado; al falso testigo y a quien decepciona a todos; orgulloso de ser el mejor de todos; insincero; cruel; indecente en el hablar; hablador; de objeto incorrecto; de razonamiento incorrecto; que gusta de la pelea; rebate a los demás sin razón; alocado; indigno de confianza; aburrido; que habla mal de la gente a sus espaldas y bien ante ellos; habla como un brahmana (aunque sin ese conocimiento); plagista; que alaba; envidioso de las buenas cualidades; injurioso; angustiado; apasionado; locuaz; dado a las malas compañías; condenado por todos; duro; que hace enfadar a otros; no respeta las costumbres; habla de sus propios defectos; traidor a su maestro; se engaña a sí mismo; glotón y lujurioso; ladrón; dado a las costumbres animales; odia, ríe, sufre y se enfada sin causa alguna; se ríe excesivamente, es inactivo y se burla con mordacidad; libidinoso; carente de vergüenza; incita a cosas falsas y malvadas; dado a los celos, intoxicación, envidia, ostentación, egoísmo; de mente celosa, dura, cruel, mezquina y colérica; inestable; miserable; cobarde; débil; aletargado; afligido; de inteligencia no despierta; lerdo; perplejo; dominado por la preocupación; con amante; lleno de deseo y codicia; miserable; descontento; que pide de todo; come abundantemente; mordaz y creador de confusión; demente; sin devoción; fe, compasión, paz ni conducta correcta; que se burla de las palabras de sus padres; Gurú y los santos y sabios; crea aversión a los elementos de la adoración Kula y está demasiado orgulloso del servicio al Gurú; al odiado por las mujeres; apartado de la tradición; maldecido por un Gurú. Estos son los que debe rechazar.
El discípulo escogido debe realizar YAMA, sin posesiones ni apegos, estar dotado de rasgos auspiciosos; estar entregado a la sadhana que lleva al samadhi; poseer buenas cualidades y cultura; limpio de cuerpo y vestido; sabio; devoto del Dharma; puro de mente; firme en los preceptos; de práctica sincera; dotado de fe y devoción; diligente; que come con sobriedad; de pensamientos profundos; que sirve sin motivo; observador; heroico; libre de pobreza mental; hábil en la acción; limpio; atento con todos; agradecido; con miedo a pecar; con la aprobación de los santos y los buenos; que cree en Dios; liberal; interesado en el bien de todas las criaturas. Debe ser alguien digno de confianza y modesto; que no esté inclinado a decepcionar en asuntos de dinero, cuerpo, etc., que logre lo imposible; valiente, entusiasta y fuerte; ocupado en actividades favorables; no intoxicado; capaz, servicial, sincero, limitado y sonriente en el habla; no dado a atacar a otros; que capte a la primera lo que se dice; lúcido; de inteligencia amplia; con aversión a oír sus propias alabanzas y genial ante las críticas propias; maestro de sus sentimientos; contento en sí mismo; inteligente; célibe; libre de preocupación, enfermedad, inconstancia, tristeza, error y duda.
Debe ser alguien entusiasta en la meditación, la alabanza y lo que hable del Gurú, en la adoración y postración ante la Deidad; bien devoto al Gurú Deidad; adorador de Shakti; siempre en la proximidad del Gurú; agradable al Gurú; constantemente ocupado en su servicio con mente, habla y cuerpo; que cumple los mandatos del Gurú; que difunde las glorias del Gurú; conocedor de la autoridad de la palabra del Gurú; ocupado en el servicio al Gurú; que sigue las intenciones del Gurú; que funciona como un sirviente; sin orgullo de clase, honor y riqueza en presencia del Gurú; que no desea los bienes del Gurú; que aspira a sus favores; que gusta de narrar cosas del Camino Kula, de yoghis y yoghinis y practicantes del Camino Kaula; inmerso en la adoración y cosas similares; que no se sienta disgustado por los ingredientes de la adoración Kula; que practique Japa, Dharana, etc.; que aspire al Camino de la Liberación; orgulloso de las Escrituras Kaula; que sienta aversión a los textos de la clase animal.
Y el Gurú, describe el Kularnava, es limpio en su vestido; encantador; dotado de todas las características; con todos sus miembros; conoce la verdad de todos los Agamas, la aplicación de todos los Mantras; fascina al mundo; tiene un aspecto dulce como un dios; de semblante feliz; de fácil acceso; limpio. Es alguien que disipa la ilusión y la duda; conoce el significado de los gestos; es sabio y conoce los pros y los contras; su atención se dirige hacia dentro aunque mire hacia fuera; lo sabe todo; conoce tiempo y lugar; en su mandato reside la plenitud; conoce el pasado, presente y futuro; es capaz de comprobar y sancionar; capaz de penetrar en el interior; da instrucción; es tranquilo y compasivo con todas las criaturas; los movimientos de sus sentidos están sujetos a su control; ha conquistado los seis enemigos del deseo, enfado, codicia, ilusión, envidia y orgullo; altamente solemne, fundamental, sabe distinguir entre el que está preparado y receptivo y quien no lo está; considera por igual a Shiva y Vishnú; es bueno; condena las doctrinas de los que aún no han despertado; es intachable; siempre contento; independiente; dotado de los poderes del Mantra; amante de los buenos devotos; firme; compasivo; habla siempre sonriendo; es querido de los devotos; siempre generoso; practicante excelente y profundo; entusiasta en la adoración de su deidad escogida, el Gurú, los mayores, la Shakti; entregado a un ritual intachable de tres tipos: regular, específicamente ocasional y voluntario; carece de enfado, odio, temor, dolor, ostentación y egoísmo; esta empeñado en la práctica de su ciencia; adquiere la corrección y demás ideales; se contenta con lo que viene por sí solo; distingue entre bueno y malo; desapegado de las mujeres, dinero, mala compañía, vicio, etc.; con sentimiento de unidad con todo; libre de dualidad; constante en las prácticas; paciente; sin voluntad para sí ni parcialidad; capaz; no vende Mantra, Yantra y Tantra por dinero o cultura; despegado, sin dudas, con pareceres decididos, supremamente conforme al Dharma, igual en la alabanza que en la crítica, silencioso, sin preferencias, libre de enfermedades.
El Gurú -se dice en términos que no dejan lugar a dudas- es el verdadero Señor mismo. Acercarse al Gurú, adorar al Gurú, es acercarse al Señor, adorar al Señor. ¿Por qué ha querido el Señor manifestarse mediante el Gurú en lugar de actuar directamente?
Shiva es realmente omnipresente, sutil, por encima de la mente, sin características, imperecedero, de la forma del eterno, infinito; ¿cómo puede adorarse a alguien así? Esta es la razón de que, por compasión a sus criaturas, El toma la forma del Gurú y cuando se le adora con devoción otorga la liberación y la plenitud. Shiva no tiene forma limitada, Shiva no es perceptible para el ojo humano; por ello protege al discípulo de acuerdo al Dharma en forma de Gurú. El Gurú no es otro que el Supremo Shiva encerrado en una piel humana; camina por el mundo, oculto, para otorgar la gracia a los buenos discípulos. Aunque no tiene forma, Shiva, el almacén de compasión, asume una forma para proteger a los buenos devotos y actúa en el mundo como si fuera un padre de familia. Oculta su ojo de la frente, su luna creciente y dos de sus manos y funciona sobre la tierra en forma de Gurú. El Gurú no es otro que Shiva sin Sus tres ojos, Vishnu sin Sus cuatro brazos y Brahman sin Sus cuatro cabezas. A quien está cargado de karma pecaminoso, el Gurú le parece humano; pero al que tiene un karma auspicioso y lleno de mérito, el Gurú le parece Shiva. Los menos afortunados no reconocen al Gurú, encarnación de la Verdad suprema, ni incluso cuando están frente a él, como el ciego ante el sol. En verdad el Gurú no es más que Sadashiva; Esta es la verdad, no hay duda sobre ello. Shiva mismo es el Gurú. De otro modo, ¿quién es el que otorga plenitud y liberación? No hay diferencia entre el Dios Sadashiva y el Gurú; hacer distinciones es pecaminoso. Él es el Gurú porque tomando la forma del Preceptor, corta de raíz todas las ataduras animales y conduce al estado supremo. El almacén de compasión, Ishwara, fuente de toda Gracia, toma la forma del Gurú y libera al 'animal' con su iniciación. Así como recipiente, cántaro y vasija designan lo mismo, así también Deidad, Mantra y Gurú designan al mismo sujeto. En realidad, Deidad es lo mismo que Mantra; Mantra es lo mismo que Gurú. El fruto de la adoración a la Deidad, Mantra y Gurú es el mismo.
"Tomando la forma de Shiva acepto la adoración; asumiendo la forma del Gurú corto las ataduras del nacimiento".
Quien te hace saber “soy el conocedor de la esencia de toda filosofía, soy la pulpa”, quien es inseparable (de Brahman), siempre contento en su corazón: ése es el Gurú.
El que elimina la secuencia de formas de vida y clases sociales, y mora siempre en su propio ser, aquel para quien la misma Luz Suprema es las diferentes formas de vida y las clases sociales, el yoghi: ése es el Gurú.
El que conoce la organización en el cuerpo de los centros nerviosos sutiles (1) y también los seis caminos por orden: ése es el Gurú.
El que conoce la Verdad que nace de la Conciencia pura, que nace de la Dicha suprema: ése es el Gurú.
El que conoce el pasado y el futuro, Tantra y Mantra, las doctrinas de Shiva y Shakti y las seis formas de impacto sutil (2): ese es el Gurú, capaz de producir tal impacto.
El que puede purificar la séxtuple Vía de la Palabra, el Mantra, la Luz interna, el Yantra, el cósmico y los estados de vibración de la materia, Tattwa y Guna: ése es el Gurú.
El conocedor del impacto, el objeto, la oposición, sujeción y liberación: ése es el Gurú.
El que conoce el quinteto de los estados de vigilia, sueño, dormir profundo, el cuarto estado (turiya) y el que está más allá: ése es el Gurú.
El que conoce el cuarteto de lo que se está formando y lo que está formado, la forma y lo que está más allá de la forma: ése es el Gurú.
El que conoce los cuatro tipos de habla: ése es el Gurú.
El que conoce las tres operaciones de cortar terminantemente las ataduras, la iniciación por impacto sutil y sujetar las riendas de la criatura animal: él es el Gurú supremo.
El que conoce el significado místico de pada (situación), pasa (ataduras) y pasu (animal): ése es el Gurú. El que conoce el triple simbolismo de Chakra, Mantra y Adoración: ése es el Gurú.
El que conoce la posición de los tres Lingas (3): ése es el Gurú.
El que es capaz de eliminar las tres impurezas de anava (separatividad), karma y mayiya, que hacen al hombre impuro: ese es el Gurú.
El que conoce las impresiones habituales de los tres tipos, roja (actividad), blanca (pureza) y negra (inercia): ése es el Gurú supremo.
El que conoce los diferentes mudras o posturas y gestos: ése es el Gurú supremo.
El que conoce la clasificación correcta de los 36 Principios Cósmicos de la creación, desde Shiva hasta Prithiui; que conoce el Sacrificio -interno y externo-, conoce el Tiempo y la Existencia, la técnica para usar el Mantra; que conoce realmente el estado de unidad entre el macrocosmos y el macrocosmos, y la constitución de la cabeza, los huesos, el pelo (su número, etc.); que conoce expertamente las 84 Asanas, los miembros del Yoga de Ocho Pétalos (4): ese es el Gurú supremo.
Pena, duda, miedo, vergüenza, desagrado, disposición familiar y casta. éstas son las ocho ataduras; limitado por ellas se es una criatura inferior. Liberado de ataduras se es Shiva. Y es el Gurú supremo quien elimina estas ataduras.
El Gurú es el que conoce el sello del yonimudra, la revelación del poder consciente del Mantra, la forma real del Mantra y el Yantra; es el que conoce las cuatro condiciones de la mente: dispersa, moviéndose de un lado a otro, angustiada, pasiva y apacible; el que conoce el fruto del movimiento de la criatura en los pétalos de los siete Lotos desde el Muladhara al Brahmarundhra; el que ha recibido el conocimiento de la multitud de Principios hasta Shiva y el Gurú en su orden sucesivo.
Cuando él muestra la Verdad, el discípulo instantáneamente se convierte en Eso y se considera liberado. ése y no otro es el Gurú.
Debe servirse como Gurús a quienes dan alegría espontánea y eliminan los placeres de los sentidos; los demás son impostores a los que se debe abandonar. El Gurú es el que regula con consideración al discípulo asustado por temor al mundo, mediante observancias, ayunos, reglas, etcétera.
Es difícil de obtener el Gurú que una vez complacido te otorga en una fracción de segundo la riqueza de la liberación, llevándote al otro lado del océano fenoménico.
Es difícil de obtener el Gurú divino que da su propia capacidad al discípulo en un momento, sin ninguna ceremonia ni esfuerzo; el que instruye en el conocimiento que promueve la fe instantáneamente, es fácil y da la felicidad del Ser. El Gurú es el que sigue dando conocimiento con facilidad, sin prácticas fatigosas ni cosas por el estilo, al igual que uno va de isla en isla.
Es difícil de obtener el Gurú cuya mera instrucción hace surgir el conocimiento, igual que la comida satisface instantáneamente al hambriento.
Son muchos los Gurús como lámparas en una casa y otra; pero es raro el Gurú que las ilumina todas como el sol. Son muchos los Gurús expertos al máximo en los Vedas y Sastras, pero es raro el Gurú que ha alcanzado la Verdad suprema.
En la tierra son muchos los Gurús que dan cosas que no son el Ser, pero en los mundos es raro el Gurú que trae a la luz el Atman.
Son muchos los Gurús que conocen mantras inferiores y medicamentos, pero es raro el Gurú que conoce los Mantras transmitidos por el Agama, Nigama y Sastra.
Son muchos los Gurús que quitan al discípulo sus bienes, pero es raro el Gurú que elimina las aflicciones del discípulo.
Son muchos los que se entregan a la disciplina de acuerdo a su clase, situación y familia, pero el que carece de ansias es el Gurú raro de encontrar.
Gurú es aquel por cuyo simple contacto (el discípulo debe estar predispuesto -la luz no pasa por un vidrio sucio) surge la Dicha suprema; el hombre inteligente debe escoger alguien como el Gurú y no a otro.
Por la mera visión de aquel cuya inteligencia está activa sólo hasta el advenimiento de la experiencia, se alcanza la liberación, no hay duda de ello. Es raro el Gurú que ha devorado la Duda que se ha devorado de los tres mundos, con todo lo que se mueve y lo inmóvil.
De la misma forma que la mantequilla se derrite en la proximidad del fuego, también en la cercanía del Gurú se disuelven todos los pecados (si el discípulo se hace semejante a la mantequilla, si está listo, si es digno, sin apegos ni posesiones).
Del mismo modo en que el fuego quema todo el combustible -seco y húmedo- la mirada del Gurú quema en un momento los pecados del discípulo.
Al igual que la bola de algodón empujada por una gran tormenta se esparce en diez direcciones, la compasión del Gurú aleja todos los pecados.
Así como la oscuridad se destruye al contacto con las lámparas, la ignorancia se destruye al ver al santo Gurú.
El Gurú es verdaderamente quien está dotado de todas las características, que conoce el camino de los Vedas y Sastras, conoce el procedimiento de todos los medios, conoce la Verdad. Para el que carece de la Verdad (aquel que no ha realizado YAMA), es infructuoso todo conocimiento de adoración, sacrificios, posición, conducta, ascetismo, peregrinaciones, observancias, Mantra y Agama. El que se ha estabilizado llega a conocer su propio ser en la Verdad suprema que se realiza en el interior. Si uno no ha logrado nada, ¿cómo puede ayudar a otros a alcanzar algo?
¿Cómo puede dar liberación a otro quien no conoce la realidad de Brahman en forma de mente dentro de sí mismo?
El que conoce la Verdad es el Gurú, aunque esté desprovisto de características. Sólo el conocedor de la Verdad es el liberado y también el liberador.
El conocedor de la Verdad, hace que incluso los seres inferiores la comprendan. Pero, ¿cómo es posible recibir la verdad del Ser de quien carece de conocimiento? Quienes han sido instruidos por conocedores de la Verdad se convierten sin lugar a dudas en conocedores de la Verdad. Los que han sido instruidos por seres ignorantes son realmente ignorantes. Sólo el que ha sido 'golpeado' (iniciado por impacto sutil) puede 'golpear' a otros. Es difícil que sea 'golpeador' quien no ha sido 'golpeado'. Sólo el liberado puede liberar. ¿Cómo puede ser liberador quien no está liberado?
Sólo el diestro en conocimiento puede elevar al necio. ¿Cómo puede un necio elevar a otro? Sólo un bote puede llevar una piedra a la otra orilla; pero, ¡seguro que una piedra no puede llevar a otra!
Absorbido por los asuntos del mundo, no se obtiene ningún tipo de fruto ni aquí ni allá, cuando se tiene un Gurú que no conoce la Verdad.
Entre los Shaivas hay tres Gurús; cinco entre los Vaishnavas; cientos en los Vedas y Sastras. Pero en el Kula sólo hay un Gurú.
Los Gurús son de seis clases (5): (Un Gurú puede ser padre de familia - ermitaño - o mundano. Mahatma Chandra Bala).
El que incita el interés que conduce a la iniciación; el que indica la sadhana en la que se ha despertado el interés; el que explica el proceso y su objeto; el que muestra claramente y en gran detalle el trabajo y su meta; el que enseña cómo hacer sadhana; y el que enciende en el discípulo (quien ha realizado YAMA, libre de apegos y de posesiones) la lámpara del conocimiento espiritual y mental. De ellos, los cinco primeros son en realidad los efectos del último, que es su Causa. Porque es el conocimiento comprensivo impartido por el Gurú lo que da fruto a las contribuciones de los otros. La instigación, inauguración, explicación, dirección y enseñanza permanecen estériles si no se asumen y asimilan en el Conocimiento encendido.
Puede haber muchos Gurús. Pero sólo merece que se adoren sus sandalias el que sea competente para realizar la ceremonia del baño completo. Una vez que has obtenido un Gurú dotado de rasgos, que corta radicalmente toda duda y da conocimiento excelentemente, no recurras a otro. Pero si tienes un Gurú que no posee conocimiento y siempre crea dudas, no cometes ninguna falta si vas con otro. Como la abeja que, ansiosa de miel, va de flor en flor, el discípulo ávido de conocimiento va de Gurú en Gurú.
En este punto podemos observar que esta libertad de ir de Gurú en Gurú tiene sus propias ventajas y desventajas. Cada Gurú tiene su propio modo de acercamiento y comunicación. Quien sale ganando es el buscador que conoce a muchos avanzados en el camino. Sus horizontes se ensanchan y su mente se hace más católica. Pero no es discípulo de nadie y la responsabilidad de compendiar todo lo que recibe y organizarlo con el propósito de su propio avance, recae exclusivamente sobre sus hombros. Por otro lado, si es afortunado y encuentra el Gurú correcto, se ofrece a sí mismo por completo y si el Gurú le acepta como discípulo (alguien listo y digno pues ha realizado sin restricciones YAMA), en ese caso, de acuerdo a toda la tradición espiritual, el Gurú se hace cargo de su vida espiritual. La responsabilidad recae en el Gurú mientras esa relación continúe.
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Notas
(1) Diferentes autoridades los computan en formas diferentes.
(2) El impacto sutil es de tres tipos; y cada uno de ellos se subdivide en dos, interno y externo.
(3) En los Chakras Anahata, Ajna y Muladhara el cuarto, sexto y primero respectivamente.
(4) Yama y Niyama o disciplina y autocontrol, asana o postura, pranayama o control de la respiración, pratyahara o retirar los sentidos de las cosas externas, dharana o meditación, dhyana o concentración y samadhi o cuarto estado de conciencia.
(5) Las diferentes tradiciones tienen diversas clasificaciones de los Gurús. Por ejemplo, hay una tradición que habla de doce clases de Gurús:
1. El que asegura la liberación haciendo que el discípulo practique sadhana.
2. Aquel cuya simple proximidad acarrea la liberación.
3. El que actúa en la inteligencia del discípulo y le lleva a operaciones de la intuición cada vez más sutiles.
4. El que eleva por la mera gracia.
5. Aquel cuyo toque transmuta al discípulo.
6. El que redime al discípulo pensando en él.
7. Aquel cuyos rayos naturales funden el ser del discípulo.
8. El que es como el espejo que refleja la verdadera forma propia y del universo.
9. Aquel cuya simple sombra te otorga la divinidad.
10. Quien da el conocimiento en el momento que recibe la llamada del aspirante.
11. El Gurú cuyo recuerdo confiere la elevación espiritual en el discípulo.
12. Aquel cuya mirada consume todos los pecados del discípulo (se considera discípulo a quién a realizado sin restricciones YAMA. Otros son alumnos, etc.).
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
Un pasaje notable es el que explica algunos actos que desconciertan a otros, y dice: "El Kula-yoghi se comporta de forma que los hombres se ríen de él, le reprochan, le ultrajan y se apartan de él".
Arthur Avalon
KULA:
La Kundalini manifestada como luz de la conciencia que todo lo trasciende
CAPITULO X -INICIACIÓN
El Señor ha establecido que no puede conseguirse la liberación, sin iniciación, y no puede haber iniciación sin un Maestro, de donde viene la línea de Maestros. Sin un Maestro, toda filosofía, conocimiento tradicional y Mantras son infructuosos. Los dioses sólo alaban al Gurú que mantiene activo lo que la tradición ha transmitido, que está versado en los Mantras y Agamas, y mantiene el camino de la doctrina tradicional. Por mandato del Señor, aunque él mismo está desapegado, otorgará la verdad a su discípulo, tras probarle por algún tiempo, para investirle de autoridad. Para quien está investido de esta autoridad, existe la verdadera unión con el Supremo Shiva. Suya es la liberación eterna cuando concluya la vida en el cuerpo, esto lo declara el Señor. Por ello se debe buscar con el máximo esfuerzo para tener un Gurú de la tradición ininterrumpida que surge del propio Shiva.
Tras probar al discípulo en la forma prescrita, el Gurú le comunicará el Mantra para que la Shakti fructifique y se obtenga el éxito feliz. De otro modo, será infructuoso. Si alguien da algo sin este requisito, si alguien recibe en contra de él, tanto el que da como el que recibe permanecen malditos por generaciones. Si el Gurú y el discípulo dan y reciben la instrucción sin probarse antes mutuamente por ignorancia, sufren la condena. También si la instrucción es contraria a las Escrituras, tanto el que da como el que recibe sufren la perdición. Quien imparte una instrucción no santificada es un pecador; su Mantra se pierde como una semilla con cáscara en la arena. El conocimiento del Mantra nunca se mantiene en quien no lo merece.
Esta es la razón de que se deba actuar tras las pruebas debidas, pues de otro modo es estéril. El Gurú debe emitir el Mantra iniciando de acuerdo a la tradición, dando su Mantra y sentando al discípulo junto a él. Y no de otro modo. El conocimiento que se imparta al buen discípulo, de devoción excelente, debe estar de acuerdo a las Escrituras y debe transmitiese completo, es decir, sin segmentarlo. Cualquier conocimiento que se imparta al discípulo malo y sin devoción se hace impuro como la leche de vaca mezclada con ghee de perro.
Iniciar a alguien que no está preparado por motivos de codicia, temor, avaricia, etc., atrae la maldición de la deidad, y lo que se haga no dará fruto. En el conocimiento y en la acción, el Gurú debe probar al discípulo con esfuerzo por períodos de un año, medio o un cuarto. En lo relacionado con la vida, dinero, postración y órdenes justas o injustas, haz que lo bajo sea alto y lo alto bajo. Quien no se queje por estas acciones crueles e ilusas, las palabras que acarreen, las parcialidades frecuentes, las indiferencias, varias y repetidas, tanto si se tira de él como si se le pega, siempre lo toma como la Gracia del Gurú.
Quienes se estremecen con alegría, temor, horripilación y cambio en la voz, ojos, etc., al recordar al Gurú, al alabarle, en su audiencia, al postrarse ante él, al servirle, al llamarle y al despedirle, ésos están preparados para guiarlos a la purificación previa a la iniciación.
El discípulo también debe probar al Gurú en el mismo tipo de signos de alegría y demás, durante el japa, cantos, meditación, sacrificios, adoración y otros. Uno debe hacerse discípulo suyo tras conocer su capacidad para transmitir conocimiento, su perfección en la ciencia del Mantra y su habilidad para el impacto sutil, y nunca antes.
Los hay que sólo son competentes al principio, competentes hasta después de algún tiempo y otros competentes hasta el final, debido a la transmisión de la Shakti del Gurú. Estos discípulos se llaman respectivamente, inferiores, medios y superiores.
Aquellos que al principio tienen devoción, pero cuyo entusiasmo se enfría tras la iniciación, son los discípulos inferiores. Los que llegan cuando se acerca el tiempo de la iniciación pero no tienen conocimiento especial ni de ningún tipo y sin embargo se liberan de su pasado por su devoción, son los discípulos de tipo medio.
Los que no tienen devoción al principio, pero la adquieren más tarde, y crece plenamente al final, son los discípulos superiores, y se les conoce como los mejores sabios.
La instrucción es de tres tipos: en el camino de la acción, en el de la corrección y en el del conocimiento.
La instrucción en el camino de la acción avanza lentamente como la hormiga que tarda en alcanzar el fruto de lo alto del árbol, caminando insistente y lentamente. El camino de la corrección es como el paso del mono que se esfuerza saltando de rama en rama y alcanza el fruto.
El camino del conocimiento -Jñanayoga- es como el del pájaro que vuela directo y descansa sobre el fruto rápidamente.
La iniciación también es de tres tipos: por el toque, por la mirada y por el pensamiento. Todas ellas se hacen sin ritual, sin esfuerzo.
La iniciación e instrucción por el toque puede compararse al pájaro que alimenta a su cría lentamente bajo el calor de sus alas. La iniciación e instrucción por la mirada es como el pez que alimenta a sus crías simplemente observándolas.
La iniciación e instrucción por el pensamiento (impacto sutil) es como la tortuga que alimenta a sus crías sólo pensando en ellas.
El discípulo recibe la Gracia de acuerdo al impacto de Shakti. Si no se produce el impacto de Shakti, no hay plenitud.
En conjunto, la iniciación que trae la liberación se clasifica de siete formas distintas: mediante el ritual, mediante la letra, mediante la emanación especial, mediante el toque, mediante el habla, mediante la mirada y mediante el pensamiento.
También se clasifica la iniciación así: cuando el maestro autoriza al discípulo a ayudarle manualmente en la adoración y cosas similares, cuando le empuja a practicar el ritual indicado, cuando le inicia en la sadhana interna, cuando produce un impacto sutil, cuando otorga la competencia total de instructor y cuando conduce al estado de absorción mediante la sadhana.
La iniciación que se vale del ritual externo en el que se utiliza un recipiente para el fuego y una vasija, consta de ocho partes y deben tomarse medidas para purificar el cuerpo.
La iniciación por medio de la letra es de tres clases dependiendo de que el número de letras sean cuarenta y dos, cincuenta, o sesenta y dos. Las letras deben colocarse en el cuerpo del discípulo y retirarlas en orden inverso, uniendo su conciencia al Ser Supremo. Tras retirarlas, las letras deben depositarse de nuevo en la persona del discípulo en el orden de la creación, y según está prescrito. De igual forma debe ejercitarse la conciencia. El estado de divinidad pleno de dicha nace en el niño (del Gurú).
La iniciación por emanación también consta de tres partes (1) que deben hacerse en la forma establecida. Comenzando en la planta de los pies y ascendiendo hasta las rodillas, se llama nivriti; de la rodilla al ombligo es pratistha, del ombligo al cuello, vaya; del cuello a la frente es shanti, y de ahí a la cabeza, shantyatita. Este es su desarrollo gradual.
Siguiendo el orden en que deben retirarse, el conocedor de la secuencia une las diversas partes hasta llegar a la cabeza.
Esta iniciación consta de treinta y ocho a cincuenta partes. Con el conocimiento obtenido del Gurú y siguiendo el orden de la creación y retirada en el emplazamiento de los tattwas o principios, uno debe centrarse e impactar al discípulo. Entonces nace el estado de divinidad y el encuentro con yoghis y seres superiores.
Invocando al Señor Shiva en la mano, y haciendo japa en la forma prescrita, el Gurú debe tocar la persona del discípulo. Esto es la iniciación por el toque.
Afianzando la mente en la Verdad, el Gurú pronuncia el cuerpo de Mantras que son expansiones de la Verdad Suprema. Esta es la iniciación verbal.
Cerrando los ojos y meditando en la Verdad Suprema, con una mente alegre, el Gurú mira fijamente al discípulo. Esta es la iniciación por la mirada.
Cuando el conocimiento surge instantáneamente por una simple mirada, palabra o toque del Gurú, esto se conoce como la iniciación por impacto directo del Gurú.
La iniciación mental es de dos tipos: intensa y muy intensa. Conociendo el Camino séxtuple, se deben formar en el cuerpo del discípulo los principios, emanaciones, Mantras, etc., desde la rodilla, ombligo, corazón, cuello, y paladar, hasta la parte alta de la cabeza.
El sabio debe efectuar el impacto sutil siguiendo el método que ha recibido del Gurú. En un momento el discípulo se liberará de sus ataduras. Esta es la iniciación intensa que proporciona la liberación.
Simplemente recordando a un Gurú diestro en la iniciación por impacto, el discípulo elimina sus pecados. Esta es la iniciación mental más intensa. Al liberarse de la actividad externa, cae al suelo de inmediato y surge en él un estado divino por el que llega a conocerlo todo. Experimenta todo lo que ocurre en el momento del impacto, pero al despertar es incapaz de hablar de esa felicidad. Golpeado por un impacto así, uno se convierte en Shiva, y no vuelve a nacer. Esta es la iniciación mental que libera de la esclavitud del nacimiento y proporciona el mismo estado de Shiva.
La persona que experimenta este impacto describe seis estados: alegría, temblor, un nuevo nacimiento, titubeo, sueño y desvanecimiento. Estas seis características se aprecian en el momento del impacto. Y la persona que lo recibe se libera donde quiera que esté. No hay duda de esto.
Es difícil conseguir un Gurú capaz de iniciar de este modo por impacto sutil. También es difícil para el discípulo ser merecedor de ello. Sólo se le obtiene por la acumulación feliz de méritos. Pero esta iniciación no debe darse a cualquiera ni a todo el mundo. Este es el Mandato.
Llenando la boca con la sustancia de la adoración mezclada a los cinco productos nectáreos de la vaca, el Gurú debe bañar al discípulo con ello. Esto se llama iniciación de la boca llena.
Además, la iniciación puede ser de dos tipos: externa o interna. La externa es ritualista, y la interna es por impacto sutil.
La purificación también es interna y externa. La interna se lleva a cabo por el ritual apropiado, y la externa por la iniciación.
Mediante ella, la luz de la liberación libera incluso al miserable. Pero sin estas dos clases de purificación, el seguidor de este camino no se libera.
El cuerpo como tal no puede purificarse, ni tampoco el Karma. Es el ser interior lo que debe sufrir un proceso a través de la iniciación de la Shakti eterna que es Kundalini.
Aunque el ritual sea el mismo, las diversas iniciaciones proporcionan resultados diferentes tras el encuentro del Gurú y un discípulo digno.
De la misma manera que el Mantra o la medicina anulan el veneno, el conocedor del Mantra rompe en un momento las ataduras del ser inferior mediante la iniciación.
Sólo ella libera de esta gran esclavitud, muestra el estado supremo y conduce a la antigua morada divina. Si se realiza en la forma prescrita, quema en un momento todas las maldiciones y millones de pecados.
La iniciación es el medio por el que los hombres inferiores abren sus ojos y se convierten en Shiva.
Es lo que genera instantáneamente fe y convicción. Lo demás sólo agrada al populacho. Para el éxito del Mantra, esa iniciación, sin la cual no hay plenitud, debe obtenerse de un Gurú santo.
Así como el hierro golpeado por el mercurio se convierte en oro, así también el alma golpeada por la iniciación alcanza el estado de Shiva.
Con todo el karma consumido por la iniciación, con todas las ataduras de Maya cortadas, alcanzando el fin supremo de conocimiento, sin semillas (2), uno se convierte en Shiva.
La condición de sudra y la condición de brahmana desaparecen. No hay distinción de castas donde existe el efecto de la iniciación. Igual que el pecado se sufre considerando el linga como una piedra, también es pecaminoso pensar en el pasado de alguien que ha sido iniciado. Todas las clases se purifican con la iniciación, igual que la madera, piedra, hierro, tierra y joyas se convierten en linga al establecerse en la santidad.
Cuando se adora al iniciado, se adora todo hasta Brahman. No hay duda de ello.
El que se ha iniciado no tiene nada que alcanzar por los sacrificios, reglas y obligaciones, peregrinaciones y controles regulativos del cuerpo. Pero el japa, la adoración y actividades similares realizadas por no iniciados, son infructuosas como la semilla en la roca.
Para el que no ha sido iniciado no hay plenitud ni destino feliz. Por lo tanto uno debe conseguir iniciación del Gurú con todo su esfuerzo.
Si un brahmana se inicia más tarde y otro de clase inferior se inicia antes, el brahmana es más joven, y el otro mayor. Este es el veredicto del Shastra. Pero si uno se inicia antes de la mujer y el hijo (discípulos iniciados) del Gurú, aún debe adorárseles como al mismo Gurú, y no menospreciarles.
Si el Gurú muere y el discípulo acaba de iniciarse, queda como si fuera el único hijo y dirige todo el ritual.
Sólo está liberado aquel a quien el Gurú ha iniciado adecuadamente en todas las filosofías y está lleno de conocimiento.
Antes de los preliminares y la adoración, el discípulo debe purificarse por la iniciación. Si no, sería infructuoso.
La purificación primaria se ordena a los shudras y castas mixtas. Uno se libera del pecado utilizando el agua en que se han lavado los pies del Gurú, con regalos, etcétera.
El brahmana adquiere competencia en un año; el ksatriya en dos; el vaisya en tres, y el sudra en cuatro.
Una viuda está sujeta al consentimiento del hijo para iniciarse; una hija al del padre; la esposa al del marido, y la mujer no tiene derecho propio a obtener la iniciación.
Quien no está iniciado, no es competente, del mismo modo que un sudra no tiene competencia para estudiar el veda.
El iniciado siempre debe agradar a su Gurú, a la esposa del Gurú, a su hijo y a los seguidores del camino Kaula de Shakti, en la medida de sus posibilidades.
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Notas
(1) Por medio del mantra, por transmisión de Shakti y por impacto directo del Gurú.
(2) Se refiere a las semillas de samskaras, o impresiones de vidas anteriores.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
CAPITULO XI -LAS CINCO PRACTICAS PARA LA LIBERACIÓN
Entre las diversas líneas de superación prescritas para los buscadores de la Verdad, el Kularnava exalta el Japa como medio preeminente y le confiere la santidad y eficacia de un sacrificio, para alcanzar los cuatro objetivos de la vida: rectitud, riqueza, plenitud a los deseos y liberación. Todos los demás medios pueden dejarse de lado, y sólo el camino del mantra, el japa del mantra proporciona el éxito con seguridad si se lleva a cabo puntualmente. Pero si se consiente en empañarlo con una falta, su fruto será realmente inauspicioso. Japa es lo que otorga el disfrute, la salvación y la plenitud a los deseos. Por ello, practica el Yoga del Japa y la meditación. Todas las imperfecciones debidas a transgresiones de la. regla desde el individuo hasta Brahma, cometidas consciente o inconscientemente, son eliminadas por Japa.
Si deseas la plenitud en esta vida gravemente cargada de infelicidad, alcanzarás la felicidad haciendo japa del mantra con la práctica de cinco partes. Adoración diaria a las tres horas prescritas -mañana, tarde y noche- japa, ofrenda de libaciones, sacrificios y alimentar a los brahmanas, constituyen las cinco prácticas para la liberación. Si falta cualquiera de esas partes, compénsalo aumentando el japa en la forma prescrita, porque no hay plenitud posible si falta alguno de sus componentes.
Por consiguiente, esfuérzate por corregirlo mediante el japa con devoción.
Si los brahmanas se alimentan bien con arroz, de cuatro clases y artículos que contengan las seis esencias, todo llegará a su plenitud. Si por la gracia de la Madre Divina se logra el éxito aunque sólo sea en un Mantra, mediante la disciplina de cinco partes, todos los Mantras fructifican. Es decir, para quien ha alcanzado dominio sobre la fuerza de la Verdad impregnada en un Mantra, es fácil adquirir dominio también sobre otros Mantras, ya que la Conciencia formulada en todos los Mantras es fundamentalmente Una. Este éxito en la sadhana del Mantra se debe a la potencia de la Instrucción, a la Gracia del Gurú, al poder intrínseco del Mantra y a la devoción de quien lo practica. El Mantra obtenido de un Gurú que ha alcanzado la perfección en la sadhana o del Mantra proporciona la plenitud. El Mantra también da fruto muy pronto debido a la práctica realizada en una vida anterior. También da la plenitud automáticamente el Mantra recibido de acuerdo a la línea de la tradición, con la iniciación debida y obtenido de forma correcta.
Los Mantras son innumerables, y sólo distraen la mente. La plenitud sólo la da el Mantra recibido mediante la Gracia del Gurú. El japa de un Mantra oído por casualidad, conocido con engaño tomado de una página, sólo puede llevar al desastre.
Quienes practican japa con Mantras que han visto en libros, cometen un pecado comparaba al asesinato de un brahmín, y sólo trae enfermedad y sufrimiento. Un centro sagrado de peregrinaje, la orilla de un río, una cueva, la cima de una montaña, un lugar de baño sagrado, la confluencia de ríos, un bosque sagrado, un jardín vacío, la raíz del árbol Bilva, la falda de una montaña, un templo, la costa del mar, la propia casa: estos lugares son aconsejables para practicar la sadhana de la repetición del Mantra. Escoge uno de ellos o vive donde tu mente esté cómoda.
Se ensalza el japa practicado en la proximidad del sol o el fuego, de la luna, el Gurú, una lámpara, agua, una vaca, una familia de brahmines o un árbol. A efectos del japa, el espacio cerrado de una casa es bueno; el lugar donde viven las vacas, mejor; aún mejor si se trata de un templo, y el mejor de todos es en la presencia inmediata de Shiva. Vive en un lugar de austeridad solitario, santo, libre de litigios, devoto, propio, honrado, opulento, agradable y tranquilo donde residan los devotos, que esté libre de elementos extraños, de malvados, de bestias salvajes, libre de sospecha y obstrucción. El conocedor del Mantra no debe permanecer donde se muevan reyes, ministros, oficiales y nobles. Tampoco debe vivir en lugares como templos en ruinas, jardines, casas, árboles, ríos, aljibes, muros y desprendimientos de tierra.
Si se hace japa o adoración sin ofrecérselo primero al Gurú que sustenta la luz, entonces todo esfuerzo será en vano porque él se llevará el fruto.
El sabio debe rechazar todo asiento hecho de bambú, piedra, tierra, madera, hierba o brotes, porque sólo traen pobreza, enfermedad e infelicidad. Debe tener un asiento de algodón, lana, tejido, piel de león, tigre o ciervo, que traen buena suerte, conocimiento y abundancia. Y debe realizar japa y adoración sentado en una postura yóghica. De otra forma, serán infructuosos.
El pranayama debe unirse al japa y meditación según lo prescrito: con la exhalación regulada específicamente, con la aspiración y con la retención, haciendo que "'el cuerpo se seque", que "el cuerpo se queme" y que "todo el cuerpo se bañe" en el néctar de la unión de Kundalini y Shiva. La potencia del pranayama es infinita cuando se combina con japa y meditación. Las austeridades, peregrinaciones, sacrificios, caridad y preceptos no valen ni siquiera una fracción de un pranayama así. En sólo tres pranayamas se quema todo pecado, mental, verbal o físico. Así como las impurezas mentales se queman cuando se sopla sobre ellas, también los pecados de los sentidos se consumen por el control del prana o energía vital. Todo lo que haga alguien purificado por el pranayama fructifica sin lugar a dudas, aunque su realización no haya requerido esfuerzo. Quien haga esta práctica regularmente según las directrices del Agama, alcanza el estado divino y adquiere la perfección en el Mantra. Viendo a alguien realizar la del Mantra según se prescribe, las obstrucciones huyen como elefantes a la vista del león. Pero si se practica la repetición del Mantra descuidadamente y sin tomar las precauciones debidas, entonces todas las obstrucciones acosarán como los tigres al cervatillo.
Al hacer japa se puede tornar la ayuda del rosario, haciéndolo girar con los dedos según lo prescrito y teniendo cuidado de cumplir el precepto sobre el uso de determinados dedos con propósitos concretos.
Hay tres tipos de japa. El japa que se hace en voz alta y audible a los demás es el inferior. El japa hecho en tono bajo, moviendo los labios, pero sin que los demás puedan seguirlo, es intermedio. Y el japa que se hace mentalmente y sin mover los labios es el mejor. Si la repetición se hace demasiado seguida, causa enfermedades; si se extiende demasiado, causa el decaimiento de la penitencia; y si no se diferencian las letras sino que se pronuncian unidas entre sí, el Mantra no da fruto. La alabanza, hecha mentalmente, y el Mantra repetido a nivel verbal son inútiles como el agua en cántaro roto.
El defecto en el comienzo del Mantra lleva aparejada la impureza en el nacimiento, y el defecto al final, impureza en la muerte. Un Mantra contaminado por estas dos impurezas no fructifica. El Mantra debe repetirse mentalmente cuidando de evitar estas dos impurezas: sólo así proporciona la plenitud total. Si no se conoce el significado del Mantra, su conciencia y el yoni-mudra, ni siquiera mil millones de repeticiones tendrán éxito. Los Mantras cuya potencia está latente (es decir, no despierta con medios adecuados) no dan ningún fruto. Pero los que están vivos con este poder consciente llevan al éxito. Sin esta conciencia, los Mantras no son más que letras, y ni siquiera con un millón de repeticiones dan resultado. La Verdad que se manifiesta cuando el Mantra se articula adecuadamente equivale al fruto de millones de repeticiones. Cuando se articula un Mantra vivo con conciencia, aunque sólo sea una vez, los nudos del corazón y la garganta se quiebran, se desarrollan los diferentes miembros, brotan lágrimas de alegría, el cabello se encrespa, el cuerpo se intoxica y el habla se vuelve temblorosa. Cuando aparecen estos signos se puede estar seguro de que proviene de la tradición.
Algunos Mantras son defectuosos bajo ciertas condiciones (1). No puede haber plenitud para quien haga japa sin conocer estos defectos, por mucho que practique.
Hay diez procesos para erradicar estos defectos del Mantra: dar nacimiento, dar vida, golpear, hacer consciente, el baño ceremonial, limpiarse de impurezas, la satisfacción, la libación, la iluminación y el cubrir con protección. Los Mantras sujetos a estos procesos florecen, de la misma manera que se afilan las armas al frotarlas con la piedra de afilar.
El Sastra establece lo que debe comer y ofrecer quien practica la repetición del Mantra: vegetales, raíces, frutas, cebada, etcétera.
Si se hacen méritos en el camino de la corrección, alimentando el cuerpo con comida y bebida a costa de otro, entonces la mitad del mérito pertenece a quien da la comida, y la otra mitad, a quien lo hace. De ahí que la persona inteligente deba rechazar con todas sus fuerzas la comida de otros durante el tiempo en que practique y lleve a cabo rituales para determinados fines. La lengua se quema con la comida de otro; las manos se queman al aceptar comida de otro; la mente se quema con (pensamientos de) las mujeres de otros; así que ¿cómo puede tener éxito la tarea en esas condiciones?
Ni diez millones de repeticiones sirven para nada si la mente está en un sitio, Shiva (la conciencia pasiva) en otro, Shakti (la conciencia activa) en otro y la respiración vital en otro más. Todos deben reunirse en un mismo esfuerzo. Si se adquiere la cultura por el placer de la discusión, si se hace japa por otro y si se hacen regalos por conseguir fama, ¿cómo puede haber plenitud? Si se hace peregrinaje para acumular dinero, austeridades por espectáculo o adoración de la deidad con motivos egoístas, ¿cómo puede entonces darse la plenitud? Quienes realizan las cinco disciplinas citadas con el cuerpo sucio están locos, porque en ese caso no dan ningún resultado. Si el ritual lo hace alguien manchado de heces, orina o cualquier otro residuo, todo el japa y demás prácticas se vuelven impuras. La deidad enfadada consume en un instante a quien hace japa con la ropa y el pelo sucios (imposible permitir la práctica con zapatos, es la peor transgresión), y mal olor de boca (para evitar esta condición, se realizan enjuagues con la savia del árbol Grado o Drago) en su persona.
Durante el japa debe evitarse toda pereza, bostezo, sueño, estornudo, escupir, sentir temor, tocarse los miembros inferiores y el enfado. El Mantra no logra nada si hay comida en exceso, charla incoherente, habladurías, rigidez de mando, apego a otro e inestabilidad. No debe hacerse japa con un turbante puesto, ni con una capa, o desnudo (en público), desgreñado (ni en privado), rodeado del séquito, con ropa sucia, mientras se esté impuro o al caminar (El chala es un Japa que no se debe dejar ver que se pronuncia y se puede, por indicación del Gurú, hacer en movimiento).
Durante el japa deben evitarse la inercia, la congoja, la actividad innecesaria, la imaginación sin control y la ventosidad (producto de: tomar leche sin cortar y sin retirar el ácido láctico, de comer harinas -nada tan tóxico como el pan y las pastas de trigo, de masticar poco o nada). Permanece en calma, sé limpio y mesurado con la comida, duerme en el suelo (sobre algo como 13 pedazos de tela, cabeza en dirección al polo de la tierra, etc., y no más de 6 horas e ir reduciendo hasta llegar a 4), sé devoto, con pleno control y libre de dualidad, con la mente estable, silencioso y con autocontrol, derrama el espíritu del bien sobre todas las personas (todo lo anterior es posible solo para quien realice YAMA), y entonces haz japa. Haz japa con confianza, creencia, compostura, fe, regularidad, certidumbre, satisfacción, entusiasmo y cualidades similares.
El éxito del japa reside en las manos del que está engalanado con flores fragantes, ornamentos y vestiduras. Haz japa del Mantra siendo devoto del Mantra, dedicándole la vida, centrando la mente en él, entregándote por completo a él, siguiendo su significado y meditando en él.
Cuando te canses del japa, medita; cuando te canses de meditar, vuelve al japa. El Mantra proporciona resultados rápidamente en quien practica la meditación.
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Notas
(1) El Tantra. llega a enumerar hasta sesenta defectos que dejan al mantra sin efectividad.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
La JAPA-YOGA viene a ser el sendero de la reintegración por medio de la fe en la repetición de un nombre al cual se le rinde culto. El Japa constituye la recitación de una oración, más que todo la repetición rítmica de una fórmula hermética: por ejemplo, un mantram repetido mentalmente.
El Nitya es el mantram cotidiano que se practica por la mañana y por la tarde.
El Naimittika es el JAPA de los días de celebración Iniciática o de ocasiones especiales.
El Kamya es el Japa de los resultados deseados.
El Nishidda (el protegido) carece de método, de reglas, de conocimiento, es la oración que se improvisa en cualquier forma.
El Prayashchitta (penitencia) se practica debido a alguna falta.
Achala (inmóvil) en algún asiento especial, con accesorios, etc.
El Chala (en movimiento) en cualquier momento, en cualquier lugar, sin limitaciones ni reglas, no obstante es un Japa que no se debe dejar ver que se pronuncia.
Vachika (japa hablado) se lleva a cabo con fuerza debido a que se escucha y se practica para lograr un beneficio cualquiera, o un interés de este mundo.
Upanshu (murmurando) en el cual se articulan los sonidos sin que nadie los entienda, es un japa que prepara para un mundo sutil.
El Bhramara (japa de la abeja) es murmurado como un zumbido de abeja, los labios y la lengua permanecen inmóviles. Permite la concentración mental y proporciona el estado místico.
El Manasa (japa mental) reside únicamente en lo mental, posee principalmente un sentido oculto (kuta-artha).
Arkhanda (ininterrumpido) es para los que renuncian a este mundo.
A-Japa (el no pronunciado) es el mantram de la identificación, en el cual se repite 21.600 veces por día: Yo Soy Él, Él Es Yo...
Pradakshina (circuambulatorio) se recita con el rosario rudraksha (o con el Tulasi) alrededor de un pippala (higuera sagrada), de un Templo, de un Santo Lugar, de un Jardín Consagrado.
Como se comprende, se trata evidentemente de una parte de la Mantra-Yoga.
YUG YOGA YOGHISMO/475
Únicamente en la traducción del JÑANI Siddhi Gurú Ferriz O.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
APÉNDICE
El criterio seguido en la traducción de la presente obra ha sido sustituir los abundantes términos sánscritos por sus equivalentes castellanos, labor que no siempre es posible, debido a la sutileza de la lengua sánscrita y a la falta de correspondencias adecuadas en nuestro idioma. Sin embargo, el trabajo gana con ello en fluidez y comprensión, librando al lego en la materia de un arduo y penoso esfuerzo que le privaría de la asimilación del texto. Al final de estas páginas se incluye un glosario explicativo compuesto por todos aquellos términos sin equivalencia exacta o que hemos juzgado más conveniente mantener intactos.
No obstante, hemos creído de interés incluir aquí el último capítulo del Kularnava, en el que se proporcionan interesantes derivaciones de muchos términos importantes. Con ello, el lector familiarizado podrá apreciar el gran alcance y exactitud de detalle de quienes, dotados de amplia visión, construyeron este sistema.
El capítulo se abre con una oración al Gurú viviente:
"Te saludo, Señor Shiva, en la forma del Gurú, a Ti, que has tomado muchas formas con el propósito de la manifestación y plenitud del Conocimiento Supremo. A Ti, que has tomado la forma de Narayana, que eres el Ser Supremo, el sol que despeja la oscuridad de la ignorancia, dotado de chit (conciencia). A Ti que lo conoces todo, que eres la encarnación de la compasión, que otorgas todo lo auspicioso a tus devotos, tanto en este mundo como en el otro. Te saludo en el frente, a los lados, detrás, encima y abajo. Como Existencia y Conciencia, ordena que siempre pueda ser Tu servidor".
ABHISEKA. Porque elimina el sentido del "yo", ahambhava, elimina todo temor, bhiti, rocía (con agua sagrada), secana, y produce una fuerte impresión, kampa, felicidad, etc., se llama abhiseka.
ACARA. Se llama así porque incorpora la verdad del Amnaya, porque afirma la verdad con habilidad poco común, caturyartha-nirupanat, y porque calma las apetencias y desagrados, ragadvesa.
ACARYA. Conduce, acarate, a sus discípulos de acuerdo a la norma verdadera y les establece en ella, el acara. Reúne, acinoti las diversas connotaciones de los Sastras. Se denomina acarya a aquel que enseña a cuantos se acercan a él, caracara, y que es perfecto en el yoga de yama y las otras siete ramas.
ADHARA. Es adhara porque tiene forma de fuego, asusuksani, porque es querido por el Señor de la creación, dhartardeva, y porque guarda, raksana, lo creado.
AGAMA. Porque narra el curso de conducta, acara, con vistas a alcanzar la nieta divina, divyagati, porque habla de la verdad de las grandes almas, mahatma, se llama agama.
AKSAMALIKA. Da fruto incesantemente, ananta, elimina completamente, ksapita, todo pecado; trae beneficios mediante las letras (del mantra) matrika, por ello se llama aksamalika.
AKSATA. Se llaman aksata porque proporcionan comida, anna, eliminan por completo, ksapita, todo pecado y llevan a la identificación con la verdad, Tat.
AMNAYA. Porque es el primero, aditvat, de todos los caminos, porque pone en funcionamiento una alegría en la mente, manollasa, porque es la causa del Dharma en forma de yajna, etc., se llama amnaya.
AMODA. Llamado así porque causa el nacimiento de todo lo que se basa en el olor, aghranana (por ejemplo, tattwa, de prithiui); muestra el camino de la salvación, moksamarga y subyuga toda maldición, daghdaduhkha.
AMRTA. Porque tiene la forma de la luna, amrtamsu, porque elimina el miedo a la muerte, mrtyu, porque hace que la, verdad, tattwa, aparezca luminosamente, se llama amrta.
ARADHYA. Da la conciencia del ser, atmabhava, ha rechazado las apetencias e inapetencias, ragadvesa, y su mente se centra solamente en la meditación, dharana.
ARCANA. Otorga los frutos deseados, abhistaphala, los frutos de las cuatro clases, caturvarga, y complace, nandanat, a los dioses.
ARGHYA. Destruye todo pecado, agha, aumenta la riqueza y la descendencia, y otorga frutos inapreciables.
ASANA. Lleva a la plenitud, atmasiddhi, evita las enfermedades, y da los nueve siddhis, navasiddhi.
AVADHUTA. Es inmutable, aksara, excelente, varenya, se ha librado, dhuta de las ataduras del mundo, y ha realizado la verdad de "tú eres eso", tat tvam asi.
BALI. Porque es querido al dueño de todos los seres, bahuprakara, y porque destruye todos los pecados acumulados, lista, se le llama bali.
BHAKTA. Con su adoración, bhajañat, con devoción suprema, con su mente, habla, cuerpo y acción, kayakarmabhih, cruza, tarati, toda miseria.
BHATTARAKA. Porque elimina las ataduras del mundo, bhava, por la forma de luna (circular) de sobre su cabeza, porque protege, raksana, y es encantador, kamaniya, se le llama bhattaraka.
CALUKA. Proporciona el fruto de las cuatro divisiones, caturvarga, libera, lunthita, del abrazo de la ignorancia y es la raíz del dharma auspicioso, kalyanadharma.
CARANA. Protege de todos los resultados malévolos y causa el florecimiento de lo que se hace, tomando además la forma de hombre y mujer, naranari.
DESIKA. Toma la forma de la deidad, devata, otorga la gracia al discípulo, sisya, y es la compasión encarnada, karuna.
DEVA. Cruza los límites de espacio y tiempo, desakala, ha adquirido control, vaslkrta, sobre el mundo y sus criaturas.
DEVATA. Ocupa el cuerpo deha del devoto, concede dones, varadanat, y aquieta los tres tipos de incomodidades, tapatraya.
DHUPA. Expulsa por completo la infamia del olor putrefacto, dhuta, y brinda la dicha suprema, paramananda.
DHYANA. Se llama así al control de la aflicción de los sentidos por la mente y a la contemplación de la deidad escogida por el ser interior.
DIKSHA. Concede el estado divino del ser, divyabhava, limpia, ksalanat, del pecado y libera de las ataduras de la existencia mundana.
DIPA. Dispersa la ignorancia que se expande, dirgha, la oscuridad y el sentido del yo, iluminando la Verdad suprema, paratattva.
GANDHA. Destruye la aflicción del infortunio, profunda y sin límites, gambhira, y proporciona el conocimiento del dharma.
GURÚ. gu significa oscuridad; ru, aquello que la restringe. Quien restringe la oscuridad (de la ignorancia) es el Gurú. ga significa el que da la plenitud; r, supresor del pecado; u, Vishnu. El Gurú supremo es el que contiene las tres cosas en su interior. ga significa riqueza de conocimiento; r, iluminador; u, identidad con Shiva. Quien contiene esto en sí mismo es el Gurú. Porque trae el entendimiento a quienes están ciegos a la Verdad del Ser y de los agamas que son secretos, guhya, y porque tiene forma de dioses como Rudra, se llama Gurú.
ITIHASA. Se llaman así porque hablan del dharma aprobado, ista, destruyen la oscuridad, timira, de la ignorancia y apartan, haranat, el sufrimiento.
JAPA. Destruye los pecados de miles de vidas, janmantara y muestra luminosamente a la deidad suprema, paradevaprakasat.
KALASA. Tiene la forma del asiento del loto, kamalasana, destruye los tattvas inferiores, laghu tattva, y elimina, Savitri, pecados ilimitados.
KAULA. Porque aparta de él los estadios que comienzan con la juventud, kaumara, porque destruye el nacimiento, la muerte, laya, etc., y porque se relaciona con el kula que no tiene fin, se le llama kaula.
KAULICA. Kula es el grupo nacido de Shiva y Shakti; kaulika es el que sabe que la liberación procede del kula.
KULA. Kula es Shakti, akula es Shiva; kaulikas son los que meditan con dedicación en kula y akula.
MADYA. Destruye la esclavitud de Maya, la ilusión, muestra el camino de la liberación y aleja las ocho aflicciones. Se llama madya porque connota el dar pródigamente, mahadana, porque el cínico lugar para realizarlo es el yaga (Nótese el énfasis en eka (solamente): yaga bhumi eka karanat. No se permite madya en ninguna otra ocasión que no sea la hora santificada del yaga en el chakra correspondiente), y porque genera el estado de Shiva.
MAHESVARA. Carece de impurezas mentales, manodosa, rechaza las discusiones, netuvada, se asemeja a diversos animales, como el perro, svadi, y es agradable, ramya.
MAMSA. Es auspicioso, mangalya, proporciona ananda en la conciencia, samvidananda, y es querido de todos los dioses,
sarvadevapriyattvat.
MANDALA. La dakini que lo ocupa es auspiciosa, mangalatvat dakinyah, es la mansión de las yoghinis y es bello, allana. Por eso se llama mandala.
MANTRA. Por la meditación, manana, en la deidad luminosa cuya forma es la Verdad, salva, trayate, de todo temor.
MOKSA-DIPA. Porque elimina la oscuridad de la confusión, moha, evita el sufrimiento de la caída, ksayarti, otorga la forma celestial, divyarupa e ilumina la Verdad suprema, se le llama la lámpara, dipa, de Moksa, es decir, el medio para alcanzar la liberación.
MUDRA. Agrada, mudam, a los dioses, y funde la mente, drava; por ello se llama mudra.
NAIVEDYA. Se le llama así porque esta sustancia de cuatro tipos, con seis rasas, proporciona satisfacción cuando se ofrece nivedanat.
NYASA. Coloca en los brazos los tesoros adquiridos con rectitud, nyayoparjita y protege a todos, sarvaraksakarat.
PADUKA. Se llama así porque protege, palanat, de las desgracias y porque concede lo que se desea, kamitartha.
PANA. Elimina la esclavitud, pasa, protege del infierno, naraka, y purifica, pavanat.
PARAMPARYA. Porque elimina las ataduras, pasa, porque agrada, ranjanat, a la Luz suprema y porque los ascetas, yatibhih, meditan en ella, se llama paramparya.
PATRA. Porque lo que hay que beber, pananga, es todo el universo (Lo que debe beberse es todo el universo y no sólo la sustancia física que constituye un mero simbolo. La conciencia individual debe expandirse de este modo hasta llegar a contener toda la extensión cósmica), porque mantiene las tríadas y cuartetos, tricatuska, de la creación y porque salva a los que han caído, trana, se llamapatra.
PRABHU. Delibera sobre el conocimiento del sentido místico del Vedanta y los Agamas que están bien guardados, pragupta, y otorga el gozo, bhukti, y la liberación, mukti.
PRASADA. Su fruto es la dicha en forma de luz, prakasa, trae la armonía, samarasya y revela, sarsana, la verdad suprema.
PUJA. Destruye el legado de nacimientos anteriores, purvajanma, evita el cielo de nacimiento y muerte, janmamrtyu, y por ello se le llama puja.
PURANA. Se le llama así porque habla de lo bueno y lo malo, punyapapa, porque aleja a los seres malignos como los raksasas y porque hace surgir la devoción de nueve aspectos, navabhakti.
PURASCHARANA. Se llama así porque agrada a la deidad escogida mediante la adoración quíntuple que sitúa frente al devoto, purah carati.
PUSPA. Aumenta el mérito, punya, elimina todos los pecados, papa, y trae muchas riquezas, puskalartha.
SADHAKA. Porque va a la esencia, sara, porque su camino es el del dharma, y porque controla los sentidos activos, karanagrama, se le llama sadhaka.
SAKTA. Todas las sakinis le adoran, cruza, tarana, el océano de la vida, y goza de la presencia de Shakti suprema. Por ello se le denomina sakta.
SAKTI. Se le llama así porque cien, sata, cróres de divinidades yóghicas le aman, y porque concede la liberación rápida, tivramukti.
SAMPRADAYA. Es la esencia de la vida en el mundo, samsara, aporta luz y alegría, prakasananda-danatah, atrae la fama, yasas y la buena suerte.
SAMYAMI. Rechaza la miseria que viene del apego, sangaduhkha, es indiferente al estado de vida (ashrama) en que se encuentre, yatrakutra, y se une al ser en soledad, mithah.
SASTRA. Dirige, sasanat, a quienes viven bajo las normas de, varnasrama y conduce, taranat, más allá del pecado.
SISYA. Es quien dedica su cuerpo, posesiones y energías al Gurú, de quien aprende, siksate, yoga.
SMRTI. Define dharma y adharma a quienes han alcanzado fijación en la mente recordándolo, smarana, y destruye la oscuridad, timira.
SRAUTA. Es quien ha oído, sruta, varios nlahamantras, yantra, tantra y deidad, y su ser mora permanentemente en lo que ha oído.
SRINATHA. Es el que imparte el conocimiento de la prosperidad, sri, y la liberación, quien instruye sobre Nada Brahman y Atman y es la representación del bloqueo, sthagita, de la ignorancia.
STOTRA. Poco a poco, stokastokena, contenta a la mente, y conduce, santaranat, a quien lo pronuncia.
SURA. Quienes tienen la mente contenta, sumanasah, recurren a él, que proporciona dominio, rajya, sobre lo que se desea y concede la forma divina, surakara.
SVAMI. Se le llama así porque exhala su paz interior, svanta, delibera sobre la verdad suprema y carece de conocimientos falsos, mithyajnana.
TAPASVI. Porque medita sobre la realidad verdadera, tattva, rechaza las críticas, parivada, y acepta, svikara, todo lo auspicioso, se le llama tapasvi.
TARPANA. Al dios que es la verdad, tattva, rodeado de su séquito, parivara, le satisface en nueve formas, navananda.
TATTVATRAYA. Por el simple servicio a la Madre Divina se purifican los tres elementos; porque ilumina la verdad, tattva, y la tríada, traya, se llama tattvatraya.
UPADESA. Se llama así porque es intenso, urbana, supremo, para, querido por la deidad, devata, y por el impacto de shakti.
UPASTI. Es el servicio prescrito en acción, mente y habla, en cualquier estado.
VEDA. Determina el sentido de todas las escrituras comunicadas, vedita y también del dharma sagrado, constituyendo la medida de todas las filosofías, darsanas. Por ello se llama veda.
VIRA. Es quien está libre, vita, de pasión, raga, intoxicación, aflicción, enfado, envidia y error, y se mantiene apartado, vidhura, de rajas y tamas.
YANTRA. De todos los seres como Yama (el señor de la muerte) y otros nos libra, trayate, siempre.
YOGHI. Vibra con la gloria del mantra por la práctica del yoni-mudra y es adorable a toda la corte de los dioses, girvana gana.
YOGHINI. Porque practica yoni-mudra, se sitúa a los pies de Girya (la Madre Divina) y por la gloria de su inmersión total, nirlinopadhi, se le llama yoghini.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ
GLOSARIO
Agamas: Serie de escrituras, revelaciones que forman parte de una antigua tradición.
Asana: Postura, ejercicio yóghico.
Ashram: Centro espiritual, comunidad dedicada a la práctica espiritual.
Asuras: Demonios.
Atmán: El Ser Universal.
Brahman: El Ser Supremo, origen de toda la creación.
Brahmanas: Ver "Castas".
Castas: División de la sociedad en 4 clases: brahmanas, ksatriyas, vaisyas y sudras, o filósofos, guerreros y administradores, comerciantes y obreros, respectivamente.
Chakra: Centro nervioso sutil, confluencia de varios canales nerviosos.
Dharma: La Corrección, la Rectitud, el Camino Recto.
Dharana: Meditación.
Gunas: Estados de vibración de la materia. Son tres: inercia, actividad y pureza.
Homa: Sacrificio ritual.
Japa: Repetición del mantra según determinadas normas.
Jiva: El alma individual.
JÑANA: El SABER.
Jñana-yoga: Yoga del Conocimiento.
Jñana Vijñana-yoga: Yoga de relación con el mundo.
Kailas: Monte sagrado en los Himalayas. Equivalente al Sajamay en los Andes.
Karma: Ley de causa a efecto. Resultado adecuado al acto.
Ksatriyas: Ver "Castas".
Kundalini: Energía creadora concentrada en forma latente en el interior del individuo.
Linga: Representación del poder creativo de la divinidad.
Mantra: Vibración sonora cargada de energía espiritual.
Meru: Montaña sagrada de los Himalayas, lugar de peregrinación.
Mudra: Gesto o posición, ejercicio yóghico.
Niyama: Conjunto de reglas de vida en Yoga que son abordadas por quien ha realizado previamente Yama.
Nyasa: Ejercicio purificatorio.
Parabrahman: El Ser Supremo.
Pranayama: Literalmente: "control de la energía sutil". Ejercicios respiratorios.
Puranas: Escrituras que forman parte de la Revelación.
Sadhana: Práctica espiritual.
Samadhi: Estado trascendental supremo.
Sannyasa: Voto de renunciante.
Sastras: Conjunto de escrituras sagradas.
Satchitananda: Literalmente: existencia, conciencia, felicidad.
Shakta: Adorador de Shakti.
Shakti: Aspecto dinámico y creativo del Ser Supremo.
Shiva: Aspecto estático del Ser Supremo.
Srutis: Los Upanishads, revelaciones.
Sudra: Ver "Castas".
Tattwa: Principio cósmico en la creación.
Vaisya: Ver "Castas".
Vedas: Escrituras sagradas de la India.
Yama: Serie de obligaciones morales que forman parte de todas las líneas del Yoga.
Yantra: Representación gráfica de la divinidad, o de determinado aspecto de ella.
Yoni mudra: Mudra, ejercicio yoghico.
INFINITAS GRACIAS
-A U M-
JÑAPIKA SATYA GURÚ VAJRASATTVA
INFINITAS GRACIAS
El Ser y el ego,
es decir,
Verdad y sufrimiento
Ramana Maharshi
LAYA-YOGA, es considerada generalmente como la tercera etapa; es el sendero de la reintegración por medio de la disolución, es, en cierto modo, la verdadera alquimia espiritual. Laya quiere decir absorción y permite Identificarse por medio de la fijación en los sonidos internos, en las vibraciones pránicas (durante sus ejercicios especiales, la Hatha-Yoga vuelve siempre a ser una necesidad).
Yug Yoga Yoghismo/290
¿Qué son los pensamientos?, ¿qué es el ego?, ¿cuál es su valor?, ¿cómo debe tratárseles?, son algunos de los puntos clave que aquí se nos revelan a la luz de la experiencia y enseñanza de Bhagavan Sri Ramana Maharshi, uno de los hombres más sabios y perfectos de la historia contemporánea, encarnación de la felicidad que es la naturaleza del Ser.
Ramana Maharshi dice: "La experiencia del resplandor del Ser, libre de todo pensamiento, libre del "yo", es tapas, verdadera penitencia. Sólo entonces puede sentirse la bienaventuranza de la existencia, la inmensa alegría de morar en el corazón. La actividad del "yo" y la percepción del destello del corazón no pueden coexistir".
Sabemos que las palabras de Ramana son ciertas y las aceptamos intelectualmente, pero aun así dudamos en aplicarlas en forma completa y somos renuentes a experimentarlas sin reticencias, negando en su totalidad al ego. Esta forma de ser es tan distinta de nuestra forma actual de vida centrada en el ego, que hay un miedo tácito, inconsciente, de perder aquello mismo que sostiene nuestra existencia. Ramana mismo reconoce la existencia de este miedo. Por esta razón él mencionaba a menudo que la pérdida del ego abriría nuevos horizontes, una vida alegre y libre de toda identificación, sin la contaminación del pensamiento. Cuando el pensamiento "yo" se desvanece, surge otro Yo como el Corazón, la existencia en toda su plenitud. Uno debe intentar con denuedo y valentía encontrar en su interior una nueva vida sin detenerse en la antesala. Para ello debemos estar en guardia en contra de los caminos del ego que nos desvían o alejan de nuestra resolución correcta y hacen perder nuestra base o sostén.
Veamos algunos de los medios engañosos que la mente sigue para mantener su dominio sobre nosotros. Durante la autoindagación, todas las energías se congregan en la fuente para empujar al "yo" hacia adentro, pero cientos de pensamientos están ahí, esperando una oportunidad para entrometerse y apoderarse de nosotros. Estas intromisiones, este velo mental, no se puede afrontar o eliminar si hacemos una distinción siendo benévolos con los pensamientos placenteros y combativos únicamente con los pensamientos desagradables.
Ramana resaltó este punto cuando le contestó a un atribulado devoto que deseaba que le aliviara el pesar por la muerte de su hijo. El devoto le preguntó: "¿Es el pesar un pensamiento?". "Todos los pensamientos son penosos", replicó Ramana. El devoto, al no poder aceptar la respuesta, pregunta de nuevo: "¿También los pensamientos placenteros son penosos?" "Sí –le dijo Ramana–, porque los pensamientos desvían nuestra atención del Ser, que es felicidad plena". Lo que sea que obstaculice la atención en el Ser debe eliminarse y en este caso todos los pensamientos son equivalentes y deben descartarse. La atención debe afianzarse en el que está pensando, porque sólo entonces puede empezar el viaje interior.
Otro ardid que la mente utiliza para debilitar la atención en el Ser y diluir nuestra resolución y concentración es sugerir un significado erróneo para alguna de las declaraciones del maestro. Por ejemplo, alguien pregunta: "¿No ha dicho Bhagavan: «aquiétate»? ¿Y acaso es el estarse quieto un estado sin esfuerzo?" No. Ramana ha aclarado este punto diciendo: Estar quieto no es un estado de indolencia sin esfuerzo. Todas las actividades mundanas que ordinariamente se consideran esfuerzos se ejecutan con la ayuda de una porción de la mente y con frecuentes intervalos, pero el acto de comunión con el Ser o el permanecer tranquilo interiormente es una actividad intensa que se lleva a cabo con la mente entera y sin ningún intervalo.
Alguien más pregunta: "¿No ha afirmado Bhagavan que lo que no esté destinado a suceder, no sucederá a pesar de los esfuerzos y lo que está destinado sucederá aun sin ellos?" Esto es cierto. Entonces, ¿cuál es la necesidad del esfuerzo? La confusión surge al malinterpretar las enseñanzas del Maestro. Con excepciones, la aceptación de la fatalidad en el curso de los hechos ocurre solamente a un nivel superficial. La acción se hace con un sentido de ser el hacedor, pensando que el éxito o fracaso son producto del esfuerzo de ese hacedor; pero tratándose de la práctica espiritual, el criterio debe ser otro. Además, el esfuerzo al que se refiere Ramana no tiene que ver con la alteración del curso del destino sino más bien con volverlo insignificante. Si el hecho carece del poder de causar placer o dolor, pierde su virulencia. Si la actitud del individuo a quien le ocurre el suceso es desapegada, entonces todos los sucesos son neutros, ni buenos ni malos. Este cambio de actitud no es regalo de los dioses sino producto del esfuerzo. Lo produce la autoindagación incesante.
Luego está la tentación de la erudición, sobre todo para aquellos que tienen una inclinación intelectual natural. El estudio e investigación sobre las escrituras sagradas no tiene fin. Una vez que se comprende la enseñanza espiritual, no tiene caso ahondar sin parar en el significado de las palabras, en vez de practicar o recorrer el camino. El ego de la erudición, la idea de "yo sé", se infiltrará en forma sutil. Lo que importa es la práctica y la experiencia; todo lo demás sólo conducirá a polémicas estériles.
Otro obstáculo para el esfuerzo que se introduce sigilosamente a lo largo del camino es el sentimiento de no estar haciendo ningún progreso ni llegando a algún logro. Acostumbrados como estamos a tener resultados tangibles, al no obtenerlos nos sentimos perdidos. Hay, por supuesto, algunos que desean los frutos de inmediato, como aquel visitante que le dijo a Ramana: "Mañana me voy, si me das la autorrealización antes de irme, siempre pensaré en ti". Sin embargo, hasta los que están seriamente comprometidos están sujetos a desesperar. Aquí es importante recordar que el esfuerzo correcto nunca se desperdicia; tarde o temprano rinde fruto. También hay que considerar el grado de intensidad del esfuerzo, de la pasión por llegar a obtener el autoconocimiento. Aquí viene al caso la conversación entre Cohen y Bhagavan:
"Bhagavan, tú me diste un techo para mi cuerpo. Ahora necesito tu gracia para que me otorgues una casa permanente para mi alma, razón por la que rompí todas mis ataduras humanas y vine contigo".
Ramana replicó: "Tu firme convicción te trajo aquí; ¿por qué dar lugar a la duda?" Esta amorosa confirmación no es sólo para Cohen sino para todos los que siguen el camino espiritual. Habiendo sido atraídos por el Maestro, ¿nos abandonará? Una vez que nos volvemos suyos, debemos dejarle también que se encargue de los resultados. Nosotros no sabemos qué austeridades, actos u oraciones efectuados en vidas pasadas nos trajeron hasta él. Esta rara fortuna no la puedo explicar. Habiendo llegado a él, la felicidad ilimitada está a nuestro alcance. ¿No sería una tragedia desperdiciar la oportunidad? Conforme recorremos el camino de Ramana vigilante y pacientemente, llegamos a percibir el gozo de morar en el corazón y la beatitud de tan sólo existir. En un principio esto viene y se va, dejando un persistente sabor a añoranza. Luego nos descarriamos y nos volcamos al exterior, pero mientras Ramana y su camino permanezcan como nuestra estrella polar, no es de consecuencias graves. Estamos sujetos a regresar, sintiendo al madurar en sabiduría estable, el gozo del anonimato de una vida sin ego. Entonces conoceremos la importancia de no ser importantes y además la mente ya no estará allí para jugar sus trucos.
"La ausencia de apego a los objetos sensoriales es liberación; la pasión por esos mismos objetos es esclavitud. Comprende esto y luego actúa como lo desees".
"La percepción de esta verdad hace que una persona elocuente, sabia y activa se vuelva muda, inerte e inactiva. Por lo tanto, ella es rechazada por aquellos que todavía desean gozar de los placeres de este mundo".
Este par de versos a menudo se consideran como una orden o prescripción cuando en realidad, tomados en conjunto, constituyen una mera declaración de la existencia de la evolución. Esto se debe a las palabras "actúa como lo desees". El hecho de que el ser humano no tiene ninguna voluntad o capacidad de elección o de actuar no será aceptado hasta que lo aprenda por experiencia. En verdad, aun este hecho es parte de la evolución. El Señor Krishna, al concluir el Bhagavad Gita, usa las mismas palabras, "actúa como lo desees", cuando le dice a Arjuna: "Así, te he revelado la Verdad, el más profundo de los secretos, medita en ella y actúa como lo desees". El verdadero significado de la declaración anterior es que la revelación de la Verdad fue dada como una parte del funcionamiento de la Totalidad y la reacción de aquellos que la escuchen también será una parte de ese funcionamiento. En muchos casos el que escucha no estará atraído por la Verdad, sobre todo si va a tener que dejar de interesarse en el diario vivir y en la vida misma. En otros casos será tomada como un reto y estos buscadores tratarán de controlar sus sentidos por medio de varias disciplinas. Ellos están destinados a llevar una vida de confusión y frustración. Sólo en muy pocos casos donde el intelecto es sattwico (puro, ecuánime) y está maduro, el buscador comprenderá el verdadero significado de las palabras y el entendimiento mismo se transformará en acción correcta sin que experimente ninguna sensación de ser un hacedor individual. Todo está en manos de la evolución dentro del funcionamiento total de la manifestación. Este mismo entendimiento propiciará un dejarse llevar, un suave ir con la corriente, una sensación de enorme libertad: la iluminación.
Las diferentes reacciones a la misma declaración de la Verdad son en sí mismas la evolución espiritual que constantemente está sucediendo en el funcionamiento impersonal de la Totalidad. Los seres humanos son meramente los instrumentos por los cuales se lleva a cabo dicha evolución. Esta evolución empieza cuando la Consciencia se identifica a sí misma con cada individuo como una identidad separada. La identificación continúa a lo largo de varias vidas, a la vez que busca placeres por medio de los objetos sensoriales. Luego, de súbito, en un organismo cuerpo-mente en particular aparece cierta sensación de desapego hacia los objetos sensoriales y empieza así el proceso de desidentificación, la búsqueda, el cual continúa por varias vidas. Finalmente, el proceso termina en una total desidentificación del organismo cuerpo-mente como una entidad separada. La iluminación acontece como un suceso impersonal en la Consciencia por medio del instrumento de un organismo cuerpo-mente en particular, el cual ha sido concebido y creado como algo altamente desarrollado para poder recibir la súbita percepción. Es necesario entender dos aspectos importantes de esta evolución espiritual:
La evolución es un proceso impersonal en el funcionamiento de la Totalidad y, por lo tanto, ninguna entidad individual puede considerarse como un "hacedor" separado a fin de llegar a lograr la iluminación.
La iluminación súbita produce cierto cambio de perspectiva en el organismo cuerpo-mente individual, en particular en el periodo comprendido entre lo que el sabio taoísta denomina "iluminación" y la "liberación". Aun después de lograr la iluminación el individuo debe seguir actuando como un organismo cuerpo-mente separado durante el tiempo que le quede de vida. Claro que no hay regla fija sobre los cambios que se producirán por motivo de dicha iluminación. En general el individuo iluminado continuará viviendo igual que antes, pero es muy probable que su gusto por el placer sufra un cambio sutil. Puede suceder que deje de ser agradable y simpático, afín a sus amigos, como lo era antes, o volverse más solitario y gozar de su soledad. Tales cambios van a ocurrir porque mientras la identificación con el cuerpo individual debe necesariamente continuar para que el cuerpo funcione en la vida, lo que va a estar ausente es el sentido de ser el hacedor, de ser una entidad separada. En otras palabras, mientras el individuo continúa viviendo su vida más o menos igual que antes, no habrá ninguna identificación personal con nada de lo que le suceda. Lo que sea que le pase podrá suscitar una reacción inmediata pero será sólo en la superficie, como una pequeña ola sobre la superficie de un lago. Cualquier cosa que le acontezca será observada sin ningún sentimiento de identificación personal.
En su obra clásica "Amritanubhava", el santo Jnaneshwar describe este estado como sigue:
"Los sentidos, según su naturaleza, pueden ir tras los objetos que los satisfacen, pero casi al unísono se produce la realización de que la experiencia no es diferente de lo que él mismo [la persona que ha realizado al Ser] es –como cuando la vista se topa con el espejo, casi simultáneamente se tiene la realización de que la imagen no es diferente del rostro".
Más adelante, Jnaneshwar describe de una manera muy gráfica el estado de la persona que ha realizado al Ser:
"En ese estado, la actitud volitiva del sabio es sólo aparente –en realidad, todas las acciones se llevan a cabo de manera espontánea".
"Gradualmente, el lugar de la dualidad es sustituido por el de la no dualidad y las relaciones objetivas dan lugar a relaciones no objetivas".
"En el proceso del trabajo normal de los sentidos la relación sujeto/objeto no existe".
A los que buscan la iluminación no por medio del desapego de los objetos sensoriales sino como un objeto que les dará placer y felicidad infinitamente mayor a la que hasta ahora les han dado los objetos sensoriales, la transformación que en realidad causa esa iluminación les parece más bien confusa y decepcionante. El desapasionamiento, base de toda búsqueda espiritual, no consiste en embotar los sentidos por medio de placeres sensoriales ni en reprimirlos mediante disciplinas forzosas. Ambos mecanismos conducen a la frustración. La verdadera búsqueda comienza sólo después de que los sentidos han experimentado sus respectivos objetos y se ha despertado un sentido de desapego debido a una convicción profunda de que la vida debe tener un sentido más allá del mero goce de los sentidos.
Una persona que aún se encuentra "disfrutando de la vida", cuando ve a alguien que pierde repentinamente interés en la vida, en sus viejos amigos y en su vida de siempre por causa de su fuerte atracción por la espiritualidad, le da miedo tal espiritualidad que puede producir tan drástica transformación en un hombre. El conocimiento de la Verdad aflora cuando el desapego surge en el hombre después de que ha aprendido por experiencia propia que lo que sea que la vida le ofrece es muy insignificante por muy atractivo que le haya parecido en su momento. Desapego significa liberación, mientras que la pasión por los objetos sensoriales es esclavitud. Esclavitud es estar atado a algo de lo que uno no se puede soltar. Los objetos sensoriales no pueden atar a la persona que los trata con indiferencia. Ser desapegado no significa estar alejado de los objetos sensoriales por temor al apego. Esto sería supresión, la cual tarde o temprano va a hacer resurgir el apego en forma más virulenta. El verdadero desapego de algo se alcanza sólo cuando se tiene la convicción, producto de la propia experiencia, de que el gozo obtenido de los objetos sensoriales va a producir, finalmente, frustración y carencia de realización.
De la revista "The Mountain Path", publicación del ashram de Ramana Maharshi, en Arunachala, India.
AUM JÑÀPIKA SATYA GU-RÚ